Esta es la altimetría de otras de las duras ascensiones que se encuentran en la comarca de la Montaña Central de Asturias. Cuenta con la ventaja de que puede ser utilizada como puerto de paso (hasta el kilómetro 3), aunque con la desventaja de contar con un tramo de unos 400-500 metros de hormigón, lo cual puede provocar alguna reticencia. La subida es tremendamente dura ya desde un principio, cuando tomamos un desvío en pleno centro de la localidad de Santullano. Se trata de la carretera que sube al cementerio de la localidad, con unas rampas que alcanzan el 16% en este primer tramo, superando varias curvas de herradura en pleno pueblo. Y ya cuando llegamos al mismo (al cementerio), la pendiente decae (es el único descanso que encontramos en toda la subida, por lo que conviene aprovecharlo para recuperar fuerzas). A partir de ahí, nos vamos a encontrar unos “muros” descomunales al 20, 22, 23%, los cuales encuentran su clímax cuando, poco antes de llegar a Brañanoceo, y ya cuando transitamos por el tramo hormigonado, hace aparición delante nuestro una impresionante pared de poco más de 70 metros de longitud que alcanza el 28%. El tramo es inconfundible, puesto que aquí la carretera es muy estrecha, el homigón, bastante rayado y parece que se vaya, incluso la luz, puesto que la zona es bastante sombría. Superado el mismo, la pendiente cae hasta que llegamos a Brañanoceo y las rampas vuelven a ponerse serias (14-15%). Es a la salida del pueblo cuando comienza, de nuevo, el asfalto, de mejor calidad que el del principio. Pero las rampas, que ya no son las del principio se mantienen siempre por encima del 9% con “picos” al 11-12% que no he señalado en el gráfico. Culminamos la primera parte de nuestro sufrimiento cuando llegamos a la carretera que sube desde Mieres y Rozaes de Bazuelo, tomando el cruce, unos 20 metros más adelante, hacia Rozamayor. Y ahí vuelven los muros, con 500 metros cuyas rampas se van por encima del 11%. La ascensión termina definitivamente con un tramo algo más suave, de unos 300 metros, previo a la llegada al área recreativa del mismo nombre, también denominado Los Helechos o El Rancho. Los números son de impresión: 4,3 kilómetros a casi un 10,5% y un coeficiente APM de 159. Realmente, terrorífica subida.

Estas son algunas de las fotografías de la subida:

En la carretera AS-242, en Santullano, tomamos este desvío hacia el cementerio.

Las rampas dentro del pueblo ya son muy fuertes (en torno al 15-16%).

Tras pasar el cementerio, la carretera aún se estrecha algo más y comienzan la parte más dura de la ascensión con tramos a más del 20%.

Pero esa zona con rampas del 20% culmina aquí, con un impresionante tramo hormigonado que alcanza el 28%...

Poco antes de llegar a Brañanoceo se encuentra un tramo suave...

De nuevo sobre asfalto (en muy buen estado), continua la subida. Aquí saliendo ya de Brañanoceo.

Esta parte no tiene la dureza anterior, pero las rampas son muy constantes (9-11%). 

Y llegamos al cruce, en el alto de Cueña. Hacia la derecha encontramos, poco después, el desvío al área recreativa de Rozamayor.

Cartel indicativo hacia Rozamayor, en el alto de Cueña.

Como bien sabemos, la carretera empeora y las rampas se sitúan por encima del 10%.

Recta previa a la llegada al área recreativa.

Y esta es la cima, donde hay espacio suficiente para montar un final de etapa.

Desde la última parte de la ascensión se observa el cruce y la carretera de Brañanoceo. Al fondo, el monte Llosorio y la sierra del Aramo completamente nevada.

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