En 1999, el mundo del ciclismo asistía perplejo a la aparición de un puerto colosal en la Vuelta a España: el Angliru. En aquella edición se planteó una etapa con final en el mismo y en la que se ascenderían los duros Ventana, Cobertoria y Cordal. Siempre a rebufo del coloso riosano, el Cordal parecía no tener mucha trascendencia, pero si nos fijamos en sus características tal vez no sea justo: 5,5 kilómetros a casi un 10% de pendiente media. Poco después, pero aun no transitada por ninguna vuelta profesional, nos enteramos de que dicha ascensión tenía una prolongación denominada en los foros ciclistas como Collado Puerco (clara castellanización del verdadero término, Cuchu Puircu o Cuchu Puercu). Ampliando aún más la información sobre tal subida hemos ido descubriendo numerosas vertientes: tomando el Cordal desde la Barraca o desde Riosa o comenzando desde Pola de Lena por el Alto de la Cobertoria (desviandose hacia el kilómetro 7 de ascensión del mismo). Pero aún hay otra vertiente, tal vez la más dura de todas pero que tiene un “pequeño inconveniente”: 2,5 kilómetros de pista de tierra (eso sí, con una anchura que para sí quisieran muchas carreteras).

Comienza esta subida en la Barraca, mismo punto de partida del Cordal. Tras un inicio de ascensión francamente demoledora nos plantamos en el pueblo de Muñón Fondero donde tomaremos un desvío hacia la izquierda, hacia el pueblo de Brañalamosa. Un corto descenso se abrirá ante nosotros. La pendiente a partir de aquí ira ascendiendo de forma progresiva. La carretera es, en esta primera parte, bastante estrecha, está plena de curvas y transita por una zona muy sombría y boscosa. Y llegamos, entonces, al “clímax” de la ascensión cuando, de pronto, hace aparición ante nuestros ojos una impresionante curva a derechas con una pendiente descomunal. Es a partir de ese momento cuando dejamos atrás la zona arbolada por la que hemos transitado y se abre ante nosotros un paisaje fantástico en el que descubrimos en la otra parte del valle casi toda la ascensión del Cordal. Una sucesión de curvas en herradura y unas rampas demoledoras (que superan ampliamente el 15%) nos dejan en el pueblo de Brañalamosa (kilómetro 3,9), casi en mitad de la ascensión. Y es aquí donde está el inconveniente del que hablaba, puesto que la carretera se torna, ahora, y durante dos kilómetros y medio en una pista de tierra, eso sí con unas pendientes, también, durísimas (>20%). Superado ya el quinto kilómetro del puerto y cuando parece que las pendientes ya no pueden ser mayores llegamos al punto “inhumano” de la ascensión. Una grandiosa curva a derecha (ver foto con la bicicleta en el suelo) que roza lo irreal. Es el punto más duro de la subida, suavizándose a partir de entonces hasta llegar al cruce con la carretera (esto es, hasta el final de la pista de tierra), encontrándonos, incluso, con tramos en ligero descenso o con pendiente nula. Llegamos, por lo tanto, al tramo de asfalto, pero en una de las rampas más duras (14%). La dureza de la ascensión parece no terminar nunca y para atestiguarlo transitamos por una zona en que la que se ve, ligeramente, a la derecha y muy al fondo, el verdadero infierno, el Angliru, como asegurándonos que si no podemos con el “hermano pequeño” ni lo intentemos con él. La parte final se va suavizando poco a poco hasta entrar, de nuevo, en una zona sombría y recóndita que nos conduce a la cima del puerto.

8,5 kilómetros, con una pendiente media del 8,9% para salvar 757 metros de desnivel. Según la tabla de la web http://www.ciclismoafondo.es la relación potencia-energía sería 248,3 W- 2178,25 J.

Esta ascensión la tuve que realizar en dos días distintos puesto que la primera vez estaba oscureciendo. Aparte de esto, me cai bajando merced a la tremenda helada que asolaba la carretera y que se aprecia en las primeras fotos (por cierto, tomadas con el móvil de ahí la diferencia de calidad con las de la segunda parte de ascensión las cuales fueron tomadas con cámara digital).


El día que ascendía la carretera, tras pasar Muñón Fondero, presentaba este aspecto (hielo puro). La caida era prácticamente inevitable. Y aún me estoy recuperando...

En esta parte de la ascensión, aunque reciente, el asfalto está bastante deteriorado.

Al final de este tramo llegamos a Brañalamosa. La pendiente media se sitúa en el ¡15%!.

Esto es Brañalamosa. Aún en el pueblo nos encontraremos con un tramo hormigonado, pero tras 3,9 kilómetros de ascensión comienza una pista de tierra de 2,5 kilómetros.


Tras pasar Brañalamosa, las pendientes se suceden. Esta supera el 20%.

Y llegamos al apogeo de la ascensión. Una rampa inhumana digna de un puerto casi inhumano.

Tras entrar de nuevo en el asfalto nos encontramos con otra rampa de impresión y en herradura que llega al 14%. Esto parece no acabarse nunca.

Paisaje bello como pocos y puerto duro, también, como pocos.

La nieve, en la parte de arriba, comenzaba a hacer aparición. Y aún era escasa en comparación con lo siguiente.

La parte final presentaba este bello aspecto. Completamente cubierta de nieve.

Casi intransitable la cima del puerto.

Pincha en el enlace para ver la subida en Google Maps:

 (se presenta en dos tramos porque no aparece unida, pero en el modo Satélite de la aplicación puedes ver la pista que une Brañallamosa con la carretera que sube al Cuchu Puercu)

Tramo 1 (La Barraca-Brañallamosa)



Tramo 2 (asfalto hasta Cuchu Puercu)