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Ya tenía ganas de hacer esta ruta. No era muy larga, en torno a 110 kilómetros, pero se veía agravada por tener que ascender los puertos de Somiedo, Ventana, San Lorenzo y Valle de Lago. Todo un perfil de "diente de sierra" que muchos querríamos ver en la Vuelta a España.
Pues bien, arrancamos Elmaestrojv y yo de Pola de Somiedo en torno a las 10:10 h. para ascender el puerto de Somiedo ya en frío, sin calentamiento. Se trata de una ascensión dura, aunque no extrema. Creo que su dificultad proviene más de la longitud (de más de 10 kilómetros). Lo solventamos sin problemas en menos de una hora, aunque se me pasa volando, ya que vamos comentando la ruta. Aún la fatiga no se nota. En la cima, junto al cartel del puerto, mi compañero me saca la foto de rigor. Otro puerto CIMA al saco.
El terreno hasta el comienzo del otro puerto, Ventana, es lo más llano y tranquilo del día, con más de 25 kilómetros. Y primer avituallamiento en ese tramo llano. Hay que comer, porque con lo que queda... En la localidad de Torrebarrio se inicia la segunda ascensión del día: el puerto de Ventana. Francamente menos dura que la vertiente asturiana, pero aún respetable. Es la cara que una semana antes había descendido. Curiosamente vuelvo a pasar por este puerto, pero esta vez llevo la cámara encima y aprovecho para sacar unas fotos de la cima.
El descenso hasta Teverga es vertiginoso, por una zona muy arbolada, y en la que estoy a punto de perder el control de la bici en alguna curva. Cuando llegamos a Teverga, punto de inicio del puerto más duro del día, paramos a repostar, a comprar algo de bebida que sirva para recuperarnos y afrontar con las mejores garantías San Lorenzo. Esta ascensión nació para el ciclismo, podemos decir, en aquel número de Ciclismo a Fondo de 1996 que nos mostró por primera vez el Angliru (entonces Gamonal). En aquella ocasión la etapa planteada ascendía por la vertiente que hoy íbamos a bajar. Aunque, tal vez, sea más dura la cara por la que subimos... Mi compañero, que ya ha ascendido ambas, ya me lo señala antes de subir: esta vertiente es más dura porque no tiene descansos, porque su parte final es lo más duro, porque es más progresiva,... Con un calor agobiante nos ponemos a ascender en torno a las 14:00 h. El ascenso en su primera parte se hace bien, vamos comentando la jornada, pero luego...todo se viene abajo. Voy subiendo coronas, mi compañero se va por delante y allí, con más de 5 kilómetros de ascenso aún, me quedo en solitario aguantando un sol de justicia. No avanzo prácticamente nada. Los kilómetros, creo recordar, son a más de un 10% al final, por eso mi cuentakilómetros no se mueve nada. En otros puertos, ver los dos últimos (kilómetros) te da fuerza para llegar al final. En San Lorenzo, no. La carretera se sigue inclinando aún más y tú te sigues preguntando, hasta cuánto. Otro factor a añadir a su dureza son las escasas zonas de sombra con lo que la ascensión se vuelve infernal. Hasta que culmino y mi compañero, otra vez, me hace la foto al lado del cartel de este puñetero puerto. Y ya han caído dos CIMAS.
Otro descenso, este más abrupto, nos va a permitir volver a Pola de Somiedo. Y es en esta bajada donde estoy a punto de tragarme dos curvas de herradura al final de la misma, casi en La Riera. Cuando llegamos abajo, la carretera vuelve a ponerse cuesta arriba. Esto es durísimo, el itinerario es más propio de la etapa reina de una gran vuelta, que de una ruta de dos tranquilos cicloturistas. Da igual, hay que seguir adelante y en Pola de Somiedo recargamos "baterías" bebiendo abundantemente de una fuente que hay en el centro de la localidad. E iniciamos la última ascensión de la jornada: Valle de Lago. Mi compañero, con 7 dientes menos en la corona (un 34x25), intenta soportar lo mejor que puede las rampas. Pero en esas condiciones, con esa kilometrada, poco importa ya unos dientes más (32 que llevo yo) o menos(25 que lleva mi compañero), porque los dos subimos ya al límite. Esa zona de curvas de herradura, con rampas del 20%, nos dan la estocada final.
Cuando llego arriba poco después que mi compañero, me dice: "tal vez haya sido la ruta más dura que he hecho". Y yo también, porque si bien la Clásica Angliru era dura, su recorrido intermedio, aun siéndolo, no aglutinaba tanta dureza como en esta ocasión. Cuando llegamos a Pola de Somiedo el cuentakilómetros marca más de 6 horas de pedaleo, aunque de tiempo real más de 7. Toda una etapa reina.