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Una mirada al pasado
(las grandes vueltas en 1989)
(las grandes vueltas en 1989)
En
el histórico año de 1989, hace justo 25 años, hubo tres grandes vueltas
por etapas para recordar, para enmarcar. Pasa el tiempo, pero se habla
de ellas. Pedro Delgado, Laurent Fignon y Greg Lemond fueron los
vencedores. Se hace el silencio cuando suenan los nombres de estos tres
"monstruos" del ciclismo, de un deporte que no sólo se construye de
victorias, sino de épica, de valentía y de momentos inauditos. Lo que a
continuación vais a ver es una de tantas crónicas de aquella temporada
en lo que a grandes vueltas se refiere, ni más ni menos. Comenzamos con
la Vuelta, que por aquel entonces se disputaba en abril-mayo y abría,
por tanto, la terna, seguiremos con el Giro de Italia y finalizaremos
con la prueba reina, el Tour de Francia.
El 15 de mayo de 1989, en Madrid, Pedro Delgado lograba su segunda Vuelta a España y enfocaba su gran objetivo como máximo favorito. El Tour de Francia estaba a la espera...
GIRO DE ITALIA
Andrew
Hampsten (vencedor del Giro 1988), Laurent Fignon (vencedor de los
Tours 1983 y 1984), Greg Lemond (Tour 1986), Stephen Roche (Giro y Tour
en 1987), Lucho Herrera (Vuelta 1987), Marino Lejarreta (Vuelta 1983),
Giuseppe Saronni (Giro 1979 y 1983), además de los pujantes jóvenes
Erik Breukink y Gianni Bugno, veteranos como Moreno Argentin, Claude
Criquelion o Urs Zimmerman, los sprinters Jean Paul Van Poppel y Mario
Cipollini, son algunos de los nombres de una participación estelar.
Arranca la carrera en Catania, si bien la primera prueba de fuego llegará en la segunda jornada con la ascensión al Etna, en donde casi todos los favoritos responden a excepción de Greg Lemond. Fignon ya se coloca a 19 segundos del liderato, en sexta posición, por detrás de hombres como Ugrumov o un tal Tony Rominger. Al día siguiente, en la crono por equipos vence el Ariostea, y Silvano Contini se coloca líder.
En Potenza, en una etapa maratoniana que "rompe" a los corredores (275 kilómetros), se impone el italiano Giuliani, pero no hay cambios en la general. La etapa del Gran Sasso sirve para que se extreme la vigilancia entre los favoritos y para que Erik Breukink se haga con la maglia rosa. Fignon, Roche, Herrera y Lejarreta están en un minuto, tras una semana de carrera y con toda la gran montaña aún por llegar, además de tres contrarrelojs.
En Gubbio, antes de la primera crono individual, vence un joven corredor danés, Bjarne Riis, pero lo más destacable es el nuevo cambio de liderato, merced a una bonificación obtenida por Acacio Da Silva, que sirve para relegar a Erik Breukink al segundo puesto. Pero da igual, pues el holandés se hará, de nuevo, con la maglia, haciendo segundo en la crono, por detrás del polaco Lech Piasecki.
Y llegamos, al fin, a las jornadas más decisivas, abriendo el bloque la llegada unipuerto a Tre Cime di Lavaredo, donde se impone Lucho Herrera, por delante de Fignon, quien encabeza el grupo de favoritos (Breukink, Hampsten y Chioccioli).
Pero será definitivamente en la durísima etapa de Corvara, de 131 kilómetros, donde el "profesor" resurja en la historia de las grandes vueltas, tras sus dos fulgurantes victorias en los Tours de 1983 y 1984. Fignon, dominando magistralmente los tiempos en el Giro hasta ese momento, supo dar la estocada en la jornada más dura, aquella en la que se ascendían el Passo Giau, la Marmolada y el Pordoi nada menos. Gana Flavio Giupponi, pero el francés es segundo a 5". Detrás, un reguero de cadáveres donde el mejor parado es Hampsten, quien ya estaba alejado en la general. Roche y Lejarreta entran a 3'20", y el líder Erik Breukink, a casi 6'. En la general, Giupponi, 2º, está a 1'50"; Hampsten, 3º, a 2'31; Roche se encuentra a 4 minutos; Breukink a 5, y Lejarreta a más de 5 y medio...
Tras
una jornada de transición llegaba la 16ª etapa, el "tappone" de la
edición de 1989, pero, como ocurriera el año anterior con la
jornada del Stelvio, la organización decidió anularla debido a las
malas condiciones meteorológicas.
La siguiente "piedra de toque" será la cronoescalada al duro Monte Generoso, de 10,7 kilómetros, en donde se impone el gran Lucho Herrera. Tanto Giupponi como Hampsten recortan tiempo al líder Fignon, con lo que entramos en una última fase interesante por ver si habrá vuelco...
En la dura etapa de La Spezia, con varios pasos montañosos, Fignon demuestra su poderío y vence al sprint a Fondriest, encabezando el grupo en el que están sus más inmediatos seguidores en la clasificación general. Una gran manera de reivindicarse, además de tomar tiempo debido a las bonificaciones, lo que de nuevo le beneficia en la penúltima jornada, pues entra tercero, antecediendo a Giupponi. En dos jornadas al sprint el "profesor" ha tomado una renta de más de 20 segundos que añadir a lo que ya tenía, y afronta la contrarreloj individual de 53,8 kilómetros que cierra el Giro, con más tranquilidad.
En la crono final el polaco Lech Pialecki vuelve a destrozar los registros y se impone a Lemond, 2º a 1'03"; a Giupponi, 3º a 2'05", y a Fignon, 4º a 2'21".
El Giro de Italia finaliza con la resurrección de Laurent Fignon, con lo que el Tour se plantea como un duelo a dos bandas entre el máximo favorito, el vencedor de 1988 Pedro Delgado, y el resurgido "profesor"...
TOUR DE FRANCIA
Y, finalmente, el Tour de Francia, la carrera más importante del ciclismo, que vio, en 1989, uno de los más grandes duelos a tres bandas que se recuerdan. Tres corredores sobresalientes, míticos, históricos, que se enzarzaron en una "guerra" en la que físicamente el más fuerte de todos fue tercero en el podium, y que, a buen seguro, hubiera ganado de no tener el mayor despiste de la historia reciente del ciclismo...
En
el prólogo con el que se inició el Tour de 1989 en Luxemburgo había
varias incógnitas por despejar, pero la mayor, sin duda, era ésta:
¿dónde estaba Pedro Delgado y por qué no se presentó a su hora en la
rampa de lanzamiento? Fue un hecho que marcó el Tour más allá de la
crono de Versalles, puesto que, al tiempo perdido ese día se le sumó un
desfallecimiento brutal en la jornada siguiente, en la contrarreloj por
equipos, en donde Delgado perdió aún más tiempo. Por tanto nos
encontramos que tras el primer fin de semana de competición el ganador
de la pasada edición se encuentra en la penúltima posición a 9'57" del
líder y, lo que es más importante, a 7'20" de Laurent Fignon y 6'29" de
Greg Lemond. Un lastre que, repito, fue fundamental para que Delgado no
repitiera victoria..
El 6 de julio, en la contrarreloj individual de 73 kilómetros de Rennes, Perico inicia la remontada. El segoviano, sin referencias, hace 2º en la etapa, quedando únicamente por detrás de Lemond, a 24", y adelanta 106 puestos en la clasificación general...
La segunda estocada llega en los Pirineos, en Cauterets, en el día que Miguel Indurain logra su primera victoria de etapa en la carrera que lo encumbrará años más tarde. Delgado ataca y logra recortar otro medio minuto a Lemond y Fignon.
Sabedor
que aún no es suficiente, en la jornada siguiente, camino de
Superbagneres, en una etapa de tan solo 136 kms, pero en la que se
pasan Tourmalet, Aspin y Peyresourde, antes del puerto final, Delgado
ataca a fondo y se marcha en el col d'Aspin, tras endurecer la carrera
desde un principio, coronando sucesivamente este puerto, Peyresourde y
Superbagneres en la compañía de Robert Millar y Charlie Mottet. Las
diferencias en meta son tremendas: Rooks entra a 3'04", Fignon a 3'26",
Lemond a 3'38", Parra a 4'50", Herrera a 9'24"... Todo ello da como
resultado el ascenso de Delgado a la cuarta posición, a 2'53" del líder
Laurent Fignon.
En la cronoescalada de Orcieres-Merlette, cima en la que Luis Ocaña escribió su más bella página en la historia del Tour, al aventajar a Merckx en más de 7 minutos, Perico sigue recortando tiempo, y ve como el liderato cambia de manos, pues Greg Lemond logra absorber la diferencia que le lleva Fignon, quien se queda a 40".
Cuando en la cima de Alpe D'Huez el "profesor" se viste de amarillo, lo que refuerza en la etapa siguiente, en Villard-de-Lans, imponiéndose en la misma y aventajando a sus rivales, nadie podía imaginar lo que iba a suceder. El Tour, a dos días, ya parecía sentenciado. Greg Lemond, sin embargo, no opina lo mismo y se impone en la meta de Aix les Bains, aunque sin recortar la diferencia y afrontará la crono del última día: con 50" de desventaja. Delgado, ya sin chispa, lastrado por ese nefasto inicio de Tour, se queda en tercera posición.
Delgado se queda finalmente a 3'34" en la clasificación general, en tanto que Fignon tan solo a...¡8 segundos!
1989, un año para enmarcar en lo que a grandes vueltas se refiere.
VUELTA A ESPAÑA
Tras la polémica vivida en 1988, cuando Perico Delgado decidió acudir al Giro para preparar su victorioso Tour de Francia (y dejó una foto para la historia, cruzándose con el pelotón de la Vuelta en Canarias, mientras entrenaba), el segoviano acude a la Vuelta para ganarla y enfocar de otra manera su objetivo, que no es otro que revalidar victoria en Francia.
El recorrido de la Vuelta cuenta con dos buenas etapas de montaña (en Ávila y Palazuelos de Eresma), además de varios finales destacables (Cerler, Lagos y Valgrande-Pajares), una cronoescalada, una crono por equipos, una crono llana, etapas de media montaña (Ponferrada, Benicasim, Jaca o Santoña), pero falta, en mi opinión, alguna gran etapa de alta montaña.
De
Ávila sale como maillot amarillo el colombiano Omar Hernández, quien
mantendrá el liderato durante varias jornadas. Llega, en una de ellas,
en Benicasim, un hito histórico, aunque pocos son los que, en ese
momento, son conscientes de ello: la primera victoria del equipo ONCE,
en la Vuelta. ONCE, uno de los patrones de la carrera en los 90
(ganador en 1991, 1995, 1996 y 1997). Herminio Díaz Zabala tendrá el
honor de inaugurar la cosecha.
Y llegan los Pirineos, con etapas no muy sobresalientes (Cerler y Jaca), pero en donde Pedro Delgado, el gran favorito, da su primer "puñetazo" en la mesa. Se juega el sprint con Fabio Parra, Óscar de Jesús Vargas, Gerardo Moncada y Pedro Saúl Morales (los cuatro, colombianos) y los bate, demostrando su poderío, en la cima de Cerler.
Tras dos jornadas de transición, Perico vuelve a dar otra demostración en la cronoescalada de Valdezcaray, donde el, hasta entonces, líder, Omar Hernández, se desfonda y pierde más de 4 minutos. Sin embargo será otro colombiano, Martín Farfán quien tome la cabeza de la carrera por tan solo 2 segundos.
Ambicioso como pocos, Delgado no espera a Lagos, ni a Pajares, ni a la crono de Medina del Campo, y en la siguiente etapa, con final en Santoña, con los pasos de La Sía y Alisas, cuyos descensos se vuelven pistas de patinaje por la lluvia caída ese día, se viste de amarillo. La fisonomía de la carrera cambia completamente, y el gran favorito, desconocemos si por la presión o por la pérdida de su mejor gregario, Miguel Indurain, en la etapa de Valgrande-Pajares, comienza a pasar dificultades. En Lagos tiene un importante "bajón" que le hace perder tiempo con sus perseguidores, quedando Fabio Parra a 2 segundos en la clasificación general. Al día siguiente, en Valgrande-Pajares, en una etapa disputada a un ritmo frenético, y con los puertos de Arnicio, Collaona y Pajares, antes de la ascensión final (puntuaban por separado) a Brañillín, no logra distanciar a sus rivales, y afronta la crono de Medina del Campo con una escasísima renta.
Pero en la CRI Pedro Delgado destroza a sus rivales y aventaja en 29" a Fede Echave, en 54" a Fabio Parra, en 2'06" a Óscar de Jesús Vargas y en 3'20" a Ivan Ivanov. La Vuelta parece ya vista para sentencia y la última etapa de montaña, por la sierra de Guadarrama, en las carreteras que vieron crecer al genial segoviano, parece un mero trámite, un homenaje al seguro ganador...
Nada más lejos de la realidad. El 14 de mayo de 1989 se disputa la etapa Collado Villalba-Palazuelos de Eresma, de 188,5 kilómetros, con los pasos de montaña de Morcuera, Cotos, Abantos, La Mina y Navacerrada. Un "diente de sierra" con un desnivel acumulado superior a los 3700 metros, lo que no se había visto, prácticamente, en toda la carrera. Y, con un terreno como ese, el Kelme de Rafa Carrasco convierte la carrera en un infierno, lanzando continuamente corredores en fuga, hasta que Omar Hernández se va por delante en el alto de Abantos. En Navacerrada, Fabio Parra suelta a Delgado y Carrasco hace esperar a Omar Hernández para llevarle a rueda. Durante varios kilómetros se mascó la tragedia, ya que Fabio Parra llego a ser líder virtual. Una extraña colaboración de Ivan Ivanov en favor de Perico Delgado, sin embargo, sirvió para rebajar la renta obtenida por Parra.
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Tras la polémica vivida en 1988, cuando Perico Delgado decidió acudir al Giro para preparar su victorioso Tour de Francia (y dejó una foto para la historia, cruzándose con el pelotón de la Vuelta en Canarias, mientras entrenaba), el segoviano acude a la Vuelta para ganarla y enfocar de otra manera su objetivo, que no es otro que revalidar victoria en Francia.
El recorrido de la Vuelta cuenta con dos buenas etapas de montaña (en Ávila y Palazuelos de Eresma), además de varios finales destacables (Cerler, Lagos y Valgrande-Pajares), una cronoescalada, una crono por equipos, una crono llana, etapas de media montaña (Ponferrada, Benicasim, Jaca o Santoña), pero falta, en mi opinión, alguna gran etapa de alta montaña.
La
Vuelta a España de 1989 arranca de A Coruña con una extraña etapa de
tan solo 20 kilómetros por las calles de la ciudad. No era una crono,
sino tres series, un pelotón dividido en tres partes cuyo vencedor
sería el primero del pelotón más rápido... Una extraña, novedosa y
espectacular manera de comenzar la carrera. Pero tras ese arranque la Vuelta toma un cariz clásico, con una crono por equipos en la segunda etapa y varias etapas llanas... Llega la quinta etapa, entre Béjar y Ávila, la primera de montaña, con los pasos de La Hoya (3ª), Peña Negra (1ª), Serranillos (1ª) y Navalmoral (2ª). |
Y llegan los Pirineos, con etapas no muy sobresalientes (Cerler y Jaca), pero en donde Pedro Delgado, el gran favorito, da su primer "puñetazo" en la mesa. Se juega el sprint con Fabio Parra, Óscar de Jesús Vargas, Gerardo Moncada y Pedro Saúl Morales (los cuatro, colombianos) y los bate, demostrando su poderío, en la cima de Cerler.
Tras dos jornadas de transición, Perico vuelve a dar otra demostración en la cronoescalada de Valdezcaray, donde el, hasta entonces, líder, Omar Hernández, se desfonda y pierde más de 4 minutos. Sin embargo será otro colombiano, Martín Farfán quien tome la cabeza de la carrera por tan solo 2 segundos.
Ambicioso como pocos, Delgado no espera a Lagos, ni a Pajares, ni a la crono de Medina del Campo, y en la siguiente etapa, con final en Santoña, con los pasos de La Sía y Alisas, cuyos descensos se vuelven pistas de patinaje por la lluvia caída ese día, se viste de amarillo. La fisonomía de la carrera cambia completamente, y el gran favorito, desconocemos si por la presión o por la pérdida de su mejor gregario, Miguel Indurain, en la etapa de Valgrande-Pajares, comienza a pasar dificultades. En Lagos tiene un importante "bajón" que le hace perder tiempo con sus perseguidores, quedando Fabio Parra a 2 segundos en la clasificación general. Al día siguiente, en Valgrande-Pajares, en una etapa disputada a un ritmo frenético, y con los puertos de Arnicio, Collaona y Pajares, antes de la ascensión final (puntuaban por separado) a Brañillín, no logra distanciar a sus rivales, y afronta la crono de Medina del Campo con una escasísima renta.
Pero en la CRI Pedro Delgado destroza a sus rivales y aventaja en 29" a Fede Echave, en 54" a Fabio Parra, en 2'06" a Óscar de Jesús Vargas y en 3'20" a Ivan Ivanov. La Vuelta parece ya vista para sentencia y la última etapa de montaña, por la sierra de Guadarrama, en las carreteras que vieron crecer al genial segoviano, parece un mero trámite, un homenaje al seguro ganador...
Nada más lejos de la realidad. El 14 de mayo de 1989 se disputa la etapa Collado Villalba-Palazuelos de Eresma, de 188,5 kilómetros, con los pasos de montaña de Morcuera, Cotos, Abantos, La Mina y Navacerrada. Un "diente de sierra" con un desnivel acumulado superior a los 3700 metros, lo que no se había visto, prácticamente, en toda la carrera. Y, con un terreno como ese, el Kelme de Rafa Carrasco convierte la carrera en un infierno, lanzando continuamente corredores en fuga, hasta que Omar Hernández se va por delante en el alto de Abantos. En Navacerrada, Fabio Parra suelta a Delgado y Carrasco hace esperar a Omar Hernández para llevarle a rueda. Durante varios kilómetros se mascó la tragedia, ya que Fabio Parra llego a ser líder virtual. Una extraña colaboración de Ivan Ivanov en favor de Perico Delgado, sin embargo, sirvió para rebajar la renta obtenida por Parra.
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El 15 de mayo de 1989, en Madrid, Pedro Delgado lograba su segunda Vuelta a España y enfocaba su gran objetivo como máximo favorito. El Tour de Francia estaba a la espera...
GIRO DE ITALIA
El
Giro 1989 tiene grandes similitudes con el recorrido de la Vuelta,
aunque con dos grandes etapas de montaña (que, finalmente, se quedó en
una). Eso sí, varias llegadas en alto, ya en la primera semana, como la de Etna (en la segunda jornada) o el Gran Sasso. 2 cronos llanas, 1 cronoescalada y una contrarreloj por equipos, varias jornadas de media montaña (Cosenza, Potenza, La Spezia o Prato), a las que se añaden las mencionadas dos grandes jornadas de alta montaña, en Corvara Alta Badia (atravesando el Passo Giau, Marmolada y Pordoi) y Caterina Valfurva (con Campo Carlomagno,, Tonale y Gavia).
Arranca la carrera en Catania, si bien la primera prueba de fuego llegará en la segunda jornada con la ascensión al Etna, en donde casi todos los favoritos responden a excepción de Greg Lemond. Fignon ya se coloca a 19 segundos del liderato, en sexta posición, por detrás de hombres como Ugrumov o un tal Tony Rominger. Al día siguiente, en la crono por equipos vence el Ariostea, y Silvano Contini se coloca líder.
En Potenza, en una etapa maratoniana que "rompe" a los corredores (275 kilómetros), se impone el italiano Giuliani, pero no hay cambios en la general. La etapa del Gran Sasso sirve para que se extreme la vigilancia entre los favoritos y para que Erik Breukink se haga con la maglia rosa. Fignon, Roche, Herrera y Lejarreta están en un minuto, tras una semana de carrera y con toda la gran montaña aún por llegar, además de tres contrarrelojs.
En Gubbio, antes de la primera crono individual, vence un joven corredor danés, Bjarne Riis, pero lo más destacable es el nuevo cambio de liderato, merced a una bonificación obtenida por Acacio Da Silva, que sirve para relegar a Erik Breukink al segundo puesto. Pero da igual, pues el holandés se hará, de nuevo, con la maglia, haciendo segundo en la crono, por detrás del polaco Lech Piasecki.
Y llegamos, al fin, a las jornadas más decisivas, abriendo el bloque la llegada unipuerto a Tre Cime di Lavaredo, donde se impone Lucho Herrera, por delante de Fignon, quien encabeza el grupo de favoritos (Breukink, Hampsten y Chioccioli).
Pero será definitivamente en la durísima etapa de Corvara, de 131 kilómetros, donde el "profesor" resurja en la historia de las grandes vueltas, tras sus dos fulgurantes victorias en los Tours de 1983 y 1984. Fignon, dominando magistralmente los tiempos en el Giro hasta ese momento, supo dar la estocada en la jornada más dura, aquella en la que se ascendían el Passo Giau, la Marmolada y el Pordoi nada menos. Gana Flavio Giupponi, pero el francés es segundo a 5". Detrás, un reguero de cadáveres donde el mejor parado es Hampsten, quien ya estaba alejado en la general. Roche y Lejarreta entran a 3'20", y el líder Erik Breukink, a casi 6'. En la general, Giupponi, 2º, está a 1'50"; Hampsten, 3º, a 2'31; Roche se encuentra a 4 minutos; Breukink a 5, y Lejarreta a más de 5 y medio...
La siguiente "piedra de toque" será la cronoescalada al duro Monte Generoso, de 10,7 kilómetros, en donde se impone el gran Lucho Herrera. Tanto Giupponi como Hampsten recortan tiempo al líder Fignon, con lo que entramos en una última fase interesante por ver si habrá vuelco...
En la dura etapa de La Spezia, con varios pasos montañosos, Fignon demuestra su poderío y vence al sprint a Fondriest, encabezando el grupo en el que están sus más inmediatos seguidores en la clasificación general. Una gran manera de reivindicarse, además de tomar tiempo debido a las bonificaciones, lo que de nuevo le beneficia en la penúltima jornada, pues entra tercero, antecediendo a Giupponi. En dos jornadas al sprint el "profesor" ha tomado una renta de más de 20 segundos que añadir a lo que ya tenía, y afronta la contrarreloj individual de 53,8 kilómetros que cierra el Giro, con más tranquilidad.
En la crono final el polaco Lech Pialecki vuelve a destrozar los registros y se impone a Lemond, 2º a 1'03"; a Giupponi, 3º a 2'05", y a Fignon, 4º a 2'21".
El Giro de Italia finaliza con la resurrección de Laurent Fignon, con lo que el Tour se plantea como un duelo a dos bandas entre el máximo favorito, el vencedor de 1988 Pedro Delgado, y el resurgido "profesor"...
TOUR DE FRANCIA
Y, finalmente, el Tour de Francia, la carrera más importante del ciclismo, que vio, en 1989, uno de los más grandes duelos a tres bandas que se recuerdan. Tres corredores sobresalientes, míticos, históricos, que se enzarzaron en una "guerra" en la que físicamente el más fuerte de todos fue tercero en el podium, y que, a buen seguro, hubiera ganado de no tener el mayor despiste de la historia reciente del ciclismo...
El 6 de julio, en la contrarreloj individual de 73 kilómetros de Rennes, Perico inicia la remontada. El segoviano, sin referencias, hace 2º en la etapa, quedando únicamente por detrás de Lemond, a 24", y adelanta 106 puestos en la clasificación general...
La segunda estocada llega en los Pirineos, en Cauterets, en el día que Miguel Indurain logra su primera victoria de etapa en la carrera que lo encumbrará años más tarde. Delgado ataca y logra recortar otro medio minuto a Lemond y Fignon.
En la cronoescalada de Orcieres-Merlette, cima en la que Luis Ocaña escribió su más bella página en la historia del Tour, al aventajar a Merckx en más de 7 minutos, Perico sigue recortando tiempo, y ve como el liderato cambia de manos, pues Greg Lemond logra absorber la diferencia que le lleva Fignon, quien se queda a 40".
Cuando en la cima de Alpe D'Huez el "profesor" se viste de amarillo, lo que refuerza en la etapa siguiente, en Villard-de-Lans, imponiéndose en la misma y aventajando a sus rivales, nadie podía imaginar lo que iba a suceder. El Tour, a dos días, ya parecía sentenciado. Greg Lemond, sin embargo, no opina lo mismo y se impone en la meta de Aix les Bains, aunque sin recortar la diferencia y afrontará la crono del última día: con 50" de desventaja. Delgado, ya sin chispa, lastrado por ese nefasto inicio de Tour, se queda en tercera posición.
24,5
kilómetros entre Versalles y los Campos Elíseos de París, y una renta
de 50 segundos no fue suficiente para Laurent Fignon, quien tan solo
unas semanas antes sí que había podido aguantar el liderato en la crono
del último día en el Giro. Aquí no, aquí se encontró con un Greg Lemond
estratosférico que hizo la contrarreloj más rápida de la historia.
1989, un año para enmarcar en lo que a grandes vueltas se refiere.
FUENTES: Mundo Deportivo (Hemeroteca), cyclingarchives, wikipedia
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