Este es el perfil que presenta la última etapa. Un auténtico diente de sierra.
Vistas del impresionante último puerto del día: Campa Dosango (el cual era desconocido por los comentaristas...).
En el perfil no aparece prácticamente el llano, es un continuo sube-baja, con un puerto tremendo ya de inicio: el Pozo de las Mujeres Muertas. Luego, un terreno rompepiernas con dos puertos de tercera, Cerredo y Somiedo, antes de llegar a la fase definitiva: San Lorenzo y Campa Dosango.
Zaballa, destrozando la carrera.
Los ataques se suceden y las diferencias que, en otras ediciones podrían ser definitivas para una última etapa, en esta ocasión parecen mínimas. Al paso por Proaza, antes de llegar al puerto definitivo, Campa Dosango, el pelotón rueda completamente roto. Esto más parece una de esas jornadas dolomíticas con las que tanto nos hemos emocionado. No hace falta atacar puesto que la dureza de las rampas es tanta que a ritmo los corredores se van. El líder se queda en solitario con un fenomenal Santi Pérez que ejerce de freno en la tremenda recta del Tenebredo. Posiblemente Duarte, el maillot amarillo no creyera que la última etapa tuviera unas características tan dantescas y que la renta que obtuvo el día anterior fuera suficiente. Todo esfuerzo parece en vano. El puerto no se acaba en Tenebreo, gira a la derecha y la confusión se apodera de los mismísimos comentaristas de la televisión Autonómica, quienes muestran un desconocimiento absoluto de esta última ascensión. No, no era una bajada tras Tenebredo y 800 metros de fuerte pendiente. El puerto tiene en conjunto 6 kilómetros y tras ese desvío todavía tiene algún kilómetro a más del 10% y rampas que alcanzan el 17%. Los corredores parecen no encontrar el desarrollo adecuado y las “piñas” son similares a las de las grandes etapas del Giro en las que el Mortirolo o el Zoncolan son protagonistas.
El grupo del líder en Campa Dosango.
Vídeo con los últimos kilómetros de la etapa