Ya
faltan pocos dias para que, por primera vez, una competición ciclista
llegue a la cima del Cuitu Negru, el punto más alto de la estación de
esquí de Valgrande-Pajares. Para abrir boca voy a repasar las únicas
veces en que dicha Estación de Esquí ha sido final de etapa. No han sido
muchas, cuatro, en los años 1988, 1989, 1997 y 2005. En este 2012 se
abre una nueva época, ya que si bien en esos mencionados años se
prolongaba Pajares unos pocos kilómetros (en las primeras ocasiones se
distinguía, como ocurrirá en esta Vuelta a España, Pajares del resto de
la subida a la Estación), esta vez se añaden otros 3 a lo que ya había
hasta el Brañillín. Comenzamos...
VUELTA A ESPAÑA 1988
Fue en 1988 cuando el recorrido de la Vuelta a España incluyó la subida a Valgrande-Pajares. Ya antes, en 1965, el puerto de Pajares fue final de una etapa contrarreloj que partió de Mieres. En línea, sin embargo, hubo que esperar hasta este 1988, ya que antes sólo se utilizó como puerto de paso. Pajares ha sido siempre una ascensión temida no sólo entre los cicloturistas, sino también por los profesionales, debido, esencialmente a esos 3-4 kilómetros posteriores al pueblo del mismo nombre y que tienen rampas de hasta un 17%. Ese miedo tiene una explicación: la utilización de desarrollos que poco tienen que ver con los actuales. Si ahora, quien más quien menos, suele llevar un plato pequeño de 36 o de 34 dientes para enfrentarse a grandes ascensiones, en décadas pasadas eran de 42 o 44 dientes, con la dificultad, entonces, que entrañaba superar tamañas rampas.
En 1988 la organización de la Vuelta a España prepara un duro recorrido previo (tal vez el que más de las cuatro ocasiones) que está salpicado por los puertos de Aralla, Ventana y Cobertoria, antes del "dueto" final: Pajares-Brañillín. Este fue el perfil de aquella etapa que se disputó el 2 de mayo de 1988.
Aquí podéis ver un vídeo, sacado de Youtube, sobre aquella jornada, en la que destaca, sobre todo, la ambición de Álvaro Pino, quien ataca de lejos... Los ingredientes, los de siempre que la Vuelta llega allí arriba: lluvia, niebla, frío...