DE AQUÍ NADIE SALE VIVO
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Fue anteayer cuando en las noticias decían que Ray Manzarek, el teclista de "The Doors" había fallecido. Uno de los mejores de la historia de la música, con un cantante que había eclipsado al resto de músicos de la banda, cuya calidad era incontestable. Qué mejor título para esta ruta que el De aquí nadie sale vivo (No one here gets out alive, que luego sirvió para dar nombre a una de sus múltiples biografías) que Jim Morrison gritaba en la canción "Five to One".
Porque de muchas rutas hemos salido vivos pero La Cabrera, esa zona leonesa, limítrofe con las provincias de Ourense y Zamora cuenta con ascensiones en las que puedes morir "ciclísticamente" e, incluso, de forma literal. Puertos de otra dimensión, de desgaste, con rampas, altísimos y que, incomprensiblemente, muchos de ellos siguen vírgenes para el ciclismo de competición. La Vuelta a España, tras más de 70 ediciones, aún no ha estrenado Fonte da Cova.... Da que pensar.
Partimos de Ponferrada David y un servidor, con Pablo haciendo de todo, una parte en coche, en la ascensión a Llano de las Ovejas (la continuación de El Morredero, esa cima donde la Vuelta ha llegado varias veces y que, qué cosas, es un puerto de paso) y parte en bicicleta (ya en La Cabrera).
Largo,
larguísimo es esta ascensión, aunque muy irregular, combinando tramos
llanos, con rampas muy duras (en el primer tercio hay tres kilómetros
por encima del 10%). Regulando los esfuerzos, pues lo planeado es de
órdago, vamos cubriendo El Morredero-Llano de las Ovejas, hasta que
mediada la ascensión rompo un radio, lo que rompe los esquemas. Este
año debo de estar gafado, pienso. Pablo me presta, sin embargo, una
rueda y me lleva la mía a un taller en Ponferrada. De la comodidad del
desarrollo 34x32 paso a un 34x25 (la última corona, de 28 dientes, no
entraba) para superar este puerto Pata Negra de Castilla-León en el
reto CIMA. Da igual,
lamentarse nunca valió de nada, así que tiramos de "riñones" (con qué
extraño dolor en esa zona finalicé la ruta...). Coronamos Morredero, un
breve tramo de descenso, y seguimos subiendo. Más de 25 kilómetros y
aún no se acaba. Otro tramo duro para alcanzar Los Portillinos,foto en
el cartel y... seguimos subiendo. Y así hasta que en el kilómetro 35 el
Llano de las Ovejas, la zona más alta de este puerto da por finalizada
la ascensión. Un Pata Negra al zurrón particular, el primer coloso del
día en nuestra buchaca.
Llano de las Ovejas nos deja imágenes irrepetibles. ¡Puerto impresionante!!
Y
nos dirigimos hacia el sur, en busca de "El valle del infierno",
tremenda carretera llena de trampas en forma de múltiples toboganes y
pequeñas encerronas. Descenso largo, larguísimo, al principio con
asfalto muy irregular, luego ya mucho mejor... Pero dudamos en algún
que otro cruce y "caemos" a la carretera de Quintanilla de Losada y La
Baña, más al sur de lo planteado. Pablo, a esas horas se dirige por la
otra carretera, por lo que intentamos contactar con él y plantearle
otras alternativas, puesto que dar la vuelta complicaría mucho la
situación... Y ahora no sabes qué fue mejor... Decidimos ascender Las
Gobernadas por La Baña, por su vertiente no CIMA y descender hasta el
río La Cabrera, donde nos encontraríamos con Pablo.
La
ruta comienza a tomar tintes épicos, pues tras arduas discusiones
durante la comida (a las 3 y media en el fondo del valle, rodeados de
los durísimos Virgen del Valle, Piedrafita y Gobernadas), logro
convencer a Pablo de que la única ruta posible a hacer hoy es la más
dura, la del encadenado Las Gobernadas-Fonte da Cova, con más de 30
kilómetros y 1800 metros de desnivel acumulado. Dos puertos seguidos
que bien se pueden comparar con Telegraphe-Galibier... Llevar el
maillot de "Locos de las Cumbres" alberga unos riesgos: partir con más
100 kilómetros por delante y unos 2300 metros de desnivel para
cubrirlos en menos de 6 horas. Claro, con el castigo que llevamos
también...
Ya con Pablo afrontamos este encadenado Gobernadas-Fonte da Cova
Gobernadas
es un coloso de dimensiones estratosféricas. Largo (casi 20
kilómetros), aunque irregular, combinando rampas de hasta el 15-16% con
descensos a esa misma pendiente, pero en negativo. Pero sobre todo es
una maravilla de la naturaleza.
Coronado
Gobernadas, tenemos 3 kilómetros de descenso para conectar con los 9
últimos kilómetros de Fonte da Cova (suena mejor así que Fuente de la
Cueva, como reza el cartel de la cima). Los chepazos son de órdago y
vamos cubriendo, algunos mejor, otros mucho peor, este segundo coloso
consecutivo. Hay muchos CIMAS, muchísimos; hay muchos puertos,
muchísimos; pero luego están las ascensiones que te marcan: este
encadenado es lo más duro que he hecho en mi vida. Rampas continuadas
al 10%, viento frontal, frío en la cima, nieve a los alrededores. Pocas
veces tienes la sensación de estar ante una subida de estas
dimensiones: Gobernadas-Fonte da Cova es terrible.
1800 metros en poco más de 30 kilómetros
Pablo
se despide de nosotros en la cima de Fonte da Cova y acordamos
comer el "bollu de chorizu" de la victoria en Ponferrada. Él desciende
por donde hemos ascendido, nosotros hacia Sobradelo, por la
interminable vertiente orensana (27 kilómetros y 1500 metros de
desnivel, como cualquier pequeña cota que hay en nuestra geografía...).
Pero
desde Sobradelo aún tenemos 40 kilómetros hasta Ponferrada y queda poco
tiempo de luz. Da igual, con las pocas fuerzas que aún quedan, logramos
ir cubriendo la última parte y llegar a la capital del Bierzo antes de
que oscurezca.
Objetivo cumplido: ruta de 196 kilómetros y 4800 metros de desnivel, con 3 puertos CIMA a la buchaca, pero sobre todo con la experiencia de haber conocido y saboreado y sufrido y coronado 3 puertos únicos...
Objetivo cumplido: ruta de 196 kilómetros y 4800 metros de desnivel, con 3 puertos CIMA a la buchaca, pero sobre todo con la experiencia de haber conocido y saboreado y sufrido y coronado 3 puertos únicos...
La ruta está en el bote.
En
Ponferrada nos espera Pablo. Lo suyo ha sido increible, subiendo el
terrible encadenado, prestándonos asistencia, y realizando una ruta con
poco menos de 90 kilómetros y más de 3000 metros de desnivel. Ya
podemos saborear "el bollu de chorizu" de la victoria.
¿Esto para recuperar? Quién sabe...