Esta es la crónica de la ruta que me "metí" el 3 de agosto de 2009. 160 kilómetros, casi 7 y media de pedaleo con grandes puertos. Por el camino me voy a encontrar La Cobertoria (por Cuchu Puircu), Ventana, Túnel de Aralla y Pajares (por León). Un "rutón".

Me levanto en torno a las nueve y media de la mañana. Y hoy, ¿qué hago? Miro por la ventana y observo que el tiempo ha mejorado. Durante el fin de semana, sobre todo el sábado, hubo lluvia lo que me impidió coger la bici, pero hoy parece que está bueno. Entre el desayuno y mi aseo voy decidiéndome. Hoy toca gran ruta. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, ahora estoy de vacaciones y puedo aprovechar. El día acompaña y creo que tengo la bici puesta a punto, como casi siempre. Pues hoy tocará subir Ventana, con Cobertoria (por Cuchu Puercu) para llegar allí, Túnel de Aralla y vuelta por Pajares. Esta ruta ya la había mirado varias veces en el mapa e, incluso, calculado el kilometraje aproximado, el cual ronda los 160 kilómetros. Llego a la cochera para coger la bici, hago mis quince planchas (previas a cada salida en bici), estiramientos y salgo de la cochera en dirección a La Barraca, donde se inicia el Cuchu Puercu (y el Cordal) que me servirá para enlazar, posteriormente, con el alto de la Cobertoria. ¡Dios, sólo de pensarlo ya me duelen las piernas! Primeras rampas, ya durísimas, por encima del 10%, para ir entrando en calor. Me marco un ritmo bajo-medio desde un principio, consciente de que van a ser muchos kilómetros. Llego hasta el desvío hacia el Cuchu Puercu (previo a coronar el Cordal) y continúo subiendo, aunque por unas rampas algo más suaves que las que llevaba. El Cuchu Puercu es una sucesión de repechos, aunque siempre ascendente. Tiene, sobre todo, un kilómetro muy duro, cuya media oscila en torno al 10%. Pasado ese tramo, va perdiendo fuerza hasta coronar y bajar, durante un kilómetro, hacia la carretera de la Cobertoria. Aún algo más de 3 kilómetros, 2 de ellos francamente duros pero que solvento con suficiencia. Y corono la Cobertoria, ya con más de una hora de pedaleo. La media, ínfima, de algo más de 11,5 kilómetros por hora. Y es que me he enfrentado a uno de los puertos más duros de la geografía española, el del enlazado Cuchu Puercu+Cobertoria, subida de algo más de 15 kilómetros, a una pendiente media superior al 5,5% (y eso que hay tramos de bajada de por medio). Inicio el descenso hacia Bárzana de Quirós, por una carretera que no tiene apenas tráfico, alcanzando en torno a los 65 kilómetros por hora, y eso que ni mucho menos soy un gran bajador. El paso por Quirós lo hago a gran velocidad, hasta llegar a la localidad de Caranga de Abajo, donde me desvío a la carretera que me conduce hacia Teverga y el Puerto Ventana, segunda gran ascensión de la jornada. Esos diez kilómetros que transcurren entre Caranga y San Martín de Teverga son lo mejor del día en cuanto a belleza paisajística, y eso que hoy he transitado por otros lugares incomparables. La carretera, muy serpenteante, se encuentra excavada en la montaña, en el fondo de la misma. Llego a San Martín de Teverga donde tomo dirección Puerto Ventana. Veinte kilómetros de ascensión, eso sí, muy progresiva. Hago la primera recarga de energías en el pueblo de San Salvador, donde adquiero un bote de Coca-Cola, porque los kilómetros y, sobre todo, los esfuerzos, empiezan a pasar factura. A partir de ahí, a regular, es decir, a buscar desarrollos de mucha cadencia para afrontar este gran puerto. Voy mirando el cuentakilómetros, descontando los que me quedan para llegar a la cima. Doce, once, diez, ocho,... Cuando transcurro por una zona de rectas directamente enfocadas a la montaña (y me quedan en torno a seis kilómetros) me encuentro un autobús completamente atravesado en la carretera. ¡Pues no me va a parar! En realidad se había quedado bloqueado cuando iba a dar vuelta. No sé más porque prosigo mi camino en el que llevo ya más de tres horas. Son muchos metros ya de ascenso, aunque subo, dentro de mis posibilidades, aceptablemente bien. Corono en torno a las 14:50, cuando llevo casi 4 horas y la media ha bajado a menos de 18 km/h. Aprovecho para avisar a casa y hacer mis cálculos, que no me salen. O mejora el terreno o no llego ni a las once de la noche... Y es que llevo sólo 66 kilómetros... Inicio el descenso del Puerto Ventana para buscar Babia, ¡qué contradicción! Pero voy con el depósito casi vacío, ya que la ascensión a Ventana me ha agotado completamente. Y así hasta llegar a Torrebarrio, cuando llevo en torno a 9 kilómetros de bajada. Aprovecho para coger otro bote y agua de una fuente, que no sé si será potable, pero de la que bebo insaciablemente... Y parto rumbo a Aralla. La ruta se introduce en la zona de Luna, donde destaca el embalse de Barrios de Luna. Mi media de velocidad comienza a subir y el kilometraje se acerca a la centena. Dejo atrás el embalse e inicio la subida al tercer puerto de la jornada con un sol realmente abrasador y unas temperaturas que rondan los 30º. La carretera, al igual que me ha ocurrido, en la ascensión a Ventana, no tiene apenas tráfico, no hay coches, sólo yo en la misma, rodando, volando sobre el asfalto. Y llego al pueblo de Aralla, donde encuentro una fuente de agua clara, clarísima, y aprovecho para beber y refrescarme. Prosigo mi camino y mi tercera subida, encontrando a mitad de ésta un desvío hacia Villamanín y Casares. Es la subida al Túnel de Aralla, un añadido de casi dos kilómetros por un asfalto muy irregular, distinto del anterior. La bajada, corta bajada, aún se complica más al transcurrir por una zona de gravilla suelta y por un piso muy “botoso”. Las complicaciones aún aumentan más debido a que es un terreno duro que combina descensos con repechos, conocido como pestoso. Finalmente llego a Villamanín para iniciar la cuarta subida, la más liviana de todas, aunque se ve complicada por el hecho de tener que luchar contra un fuerte viento de cara y extremar las precauciones al máximo por el intenso tráfico que soporta esta vía. Da igual, llevo un ritmo bastante bueno para llevar 130 kilómetros en las piernas y corono sin dificultades, o menos de las que pensaba. Arribo en casa tras un fulgurante descenso del puerto de Pajares y realizar 160 kilómetros con cuatro subidas, dos de ellas de gran dureza. Finalmente 7 horas 28 minutos y 43 segundos de pedaleo, aunque 8 horas de tiempo real.


Este es el perfil del etapón. Sí, impresionante...