Valdezcaray


Valdezcaray se erigió en protagonista de los recorridos de la Vuelta a España a finales de la década de los 80 y principios de los 90, época en la que la afición al ciclismo se disparó con las retransmisiones televisivas, la multiplicación de equipos profesionales en España y la eclosión de Perico Delgado y Miguel Indurain. Fue en aquellas Vueltas de 1988, 1989, 1990 y 1991 cuando la subida a la estación de esquí riojana capitalizó imágenes que perduran en las retinas de muchos aficionados, sobre todo con las tres cronoescaladas consecutivas (1989, 1990 y 1991). Pero aquellas cronos se iban más arriba, hasta el collado  de San Lorenzo, a 1950 metros de altitud, y la entonces carretera que unía la estación de esquí  con dicho collado no es más que una pista de tierra, al estilo de lo que ha ocurrido con varias subidas de la ronda española: Abantos o La Mina, por ejemplo...



En línea se ha hecho (hasta 2021) en dos ocasiones: en aquella primera de 1988 y en la última ocasión, más reciente, en 2012 (hasta el momento):



La ascensión a Valdezcaray, comienza en el desvío a la estación de esquí que encontramos en la carretera que une Ezcaray con Posadas (y que sigue luego al alto de la Cruz de la Demanda). Está bien indicada, al contrario de lo que ocurre con el otro gran coloso de esta sierra de la Demanda... Lo más duro se encuentra al inicio, con tres kilómetros seguidos por encima del 7%, alguna que otra curva de herradura, paisaje cerrado, abundante arboleda y la sensación de haberse confundido de subida si has hecho caso omiso de altimetrías y te has guiado por todos aquellos que indican que Valdezcaray es una ascensión suave, llevadera... Lo es, sí, en comparación con la Cruz de la Demanda, claro, pero ni mucho menos para despreciar. Tras ese arranque el paisaje se va abriendo y se ve, muy a lo lejos, la estación de esquí, a la que llegaremos por una carretera en bastante buen estado, de montaña, con pendiente cada vez más suave, hasta llegar al kilómetro 10 en donde la sensación es la de un falso llano ascendente. Una subida agradable de hacer, de paladear, con ese aroma de alta montaña que se saborea en toda la zona.
Tras trece kilómetros de ascenso alcanzamos una bifurcación en la que debemos continuar por la derecha para llegar a la estación de esquí, aunque hemos optado por seguir subiendo por el sentido contrario de la circulación, el cual culmina en el aparcamiento de la estación de esquí unos 400 metros más adelante (no había nada el día que fuimos, fue por un mero interés altimétrico).
La subida concluye tras 13,4 kilómetros a poco más de un 5% de pendiente media, y bien puede enlazarse con el cercano puerto de Pradilla.

Éste es el perfil de la ascensión:


Y ahora unas imágenes:



La subida, en Google Maps: