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Hace unos días en el diario La Nueva España se mostraba la noticia de un posible asfaltado del puerto de la Cubilla por su vertiente sur (la cara leonesa), la cual tiene en torno a 8 kilómetros, y que posibilitaría el encadenado de varios grandes puertos de montaña. La Cubilla sería un extraordinario puerto de paso (no tiene grandes rampas, pero sí goza de muchísima regularidad), de desgaste, previo para otras ascensiones de distinta fisonomía.
En el siguiente gráfico he buscado una atractiva combinación en la que se culmina en el alto de la Farrapona, tras 160 kilómetros y 5000 metros de desnivel acumulado, una hipotética etapa de una extraordinaria dureza, pero sin grandes pendientes. Sí, este tipo de puertos también existen en España...
Sitúo la salida en Oviedo, capital de Asturies, para dirigirse al valle de Riosa y ascender el Cordal
por su cara más desconocida, más suave que la utilizada como previa al
Angliru. Desde ahí descenso a Pola de Lena para adentrarse en el valle
del Huerna y subir el tremendo puerto de la Cubilla
(1300 metros de desnivel, 28 kilómetros, 1683 metros de altitud). El
descenso se realiza por esa vertiente sur, que hoy por hoy es una
pista, para alcanzar la localidad de San Emiliano y desde ahí ascender
el puerto de Ventana
(1587 metros) para entrar en Asturias de nuevo. Los dos últimos puertos
forman un temible encadenado que ya fue utilizado en la Vuelta a España
de 2011, San Lorenzo (por la progresiva vertiente de Teverga) y la Farrapona (el coloso de Somiedo).