Volviendo a Trobaniello



Habían pasado ya nueve años, desde el 30 de mayo de 2015, que  no atravesaba el colosal puerto de Trobaniello. Para quien no lo conozca puede encontrar el reportaje del mismo entrando en este mismo enlace... Trobaniello, o puerto Ventana por Trobaniello es una colosal ascensión que parte de la localidad quirosana de Santa Marina y se prolonga durante casi 17 kilómetros, conectando con el puerto Ventana en su misma cima. Asfaltado hasta Bueida (unos cinco kilómetros), luego se adentra en un frondoso bosque por donde ya será pista de tierra, combinando tramos de hormigón y asfalto en las zonas duras. Poco antes de coronar nos encontramos con la capilla que le dará nombre y que se sitúa en uno de los parajes más impresionantes de toda la Cordillera Cantábrica. Tras coronar, no sin esfuerzo, aún habrá varias zonas duras y un tramo rectilíneo que, sin duda, el más significativo (y que ilustra este reportaje). Trobaniello se corona a 1612 metros de altitud tras una dura rampa final, continuando la pista, como he señalado antes, hasta el puerto Ventana en una sucesión de "toboganes".
Pues bien, el 24 de julio de 2024 (como pasa el tiempo), tras jornada laboral, como algo y me lanzo, a las 3 de la tarde, a por la Cobertoria...

Éste es el perfil de la ruta:


Y ahora unas imágenes:



Cobertoria por Lena, con niebla y temperatura agradable para esta época del año. La empresa se pone, aparentemente, complicada, porque parece que todo el coloso quirosano (Trobaniello) va a estar así...




Pero no, bajo unos pocos metros y se despeja completamente...





Y esto es Santa Marina, ese lugar emblemático del cicloturismo donde arrancan la Cobertoria por Llanuces, la Cobertoria por Cortes y Trobaniello. Si esto fueran los Alpes y los Pirineos aquí habría gigantescos carteles señalizando todo esto, pero las administraciones, muchas veces, están a otras cosas...


Sí, esto es Ricabo, penúltima localidad antes de empezar la pista de tierra. El cartel indicador de Trobaniello y Ventana, otro sitio emblemático.





Me adentro, tras pasar Bueida, en el bosque y en la pista. Recordaba que, por aquí, hace unos años, sufría lo suyo, pero el paraje lo compensa todo.



Pero una vez sales del bosque se incrementa la dureza, encontramos algún tramo hormigonado y asfaltado y  el paisaje se vuelve sublime. Sin temor a equivocarme, puede que Trobaniello esté entre los cinco puertos más bellos de Asturias... o puede que entre los tres.




Veis una imagen borrosa y os aseguro que no he intentado hacer ese efecto que en las películas de la primera mitad del siglo XX algunos directores generaban al enfocar a las damas. No, es que la humedad sobre la cámara del móvil empaña la misma. Nos acercamos a la capilla y la pista se vuelve intransitable para este torpe del pedal.



El día, en lo meteorológico, me acompaña, sin duda. Esto de arriba es uno de los templos de esta web de puertos: la ermita de Trobaniello.


La última parte de la pista la veo muy complicada y pateo casi todo el tiempo. Pero es que el paisaje es tan espectacular que todo da igual.



Y corono Trobaniello, el segundo del día. Sí, ya sabéis: 35 kilómetros de ruta, 2000 metros de desnivel, dos colosos.





La pista hacia el puerto Ventana está mejor y puedo pedalear en casi todo momento.




La bajada del puerto Ventana hacia Teverga, con el imponente Trobaniello frente a mí.



Se vuelve a meter la niebla en la última parte de la ruta. Aquí ya en Caranga de Abajo, en el cruce donde tomo dirección Quirós y La Pola.




Con una temperatura mucho más agradable que en Trobaniello (sin tanto calor) voy metiendo los metros que me faltan hasta coronar.




Y el tercero del día cae...

Casi 100 kilómetros de ruta, unos 3000 metros de desnivel y, sobre todo, el regreso a Trobaniello tantos años después... Había cosas que celebrar.



Accede a la actividad en este enlace