-encadenando historia-
La historia del alto del Naranco ha ido ligada, desde siempre, al encadenado clásico con Padrún y Manzaneda (en Vuelta a Asturias, Vuelta a España, Vuelta a los Valles Mineros, Subida al Naranco). 25 kilómetros tortuosos en los que se acumulaban tramos duros, descensos vertiginosos y una ascensión final que se convirtió en leyenda en el ciclismo, tras las victorias, sobre todo, de "el Tarangu" en 1974 y Tony Rominger en 1993. El Naranco en sí no se caracteriza por una excesiva dureza. Recuerdo al propio Iñaki Gastón decir a la salida de la mítica jornada del 14 de mayo de 1993, en Gijón, que el Naranco era un puerto para escasas diferencias... Sí, lógicamente las características de aquel día, de aquel recorrido, influyeron, pero algo debe tener la montaña ovetense cuando tantos hechos históricos se aglutinan en sus kilómetros: la última etapa que completó en una gran vuelta el mítico Indurain fue en el Naranco en 1996.
La irrupción del Angliru lo relegó a un segundo plano durante muchos años. Asturias, región montañosa donde las haya, no podía permitirse el lujo de dar prioridad a una ascensión de 6 kilómetros, con rampas que "sólo" llegan al 12%, por encima de colosos como Farrapona, Coto Bello, San Lorenzo o Cobertoria. En un intento de revitalizar el Naranco, la organización de la Vuelta a Asturias encontró un nuevo camino: El Violeo, corta, pero durísima ascensión, con pendientes que alcanzan el 20%.
Arranca en la localidad de Brañes esta ascensión a El Violeo que transcurre por una carretera estrecha y cubierta por la arboleda en muchos tramos, lo que sumado a las fuertes rampas y a desarrollarse por la cara norte del monte Naranco, influirá en que la humedad dificulte en muchas épocas del año esta subida. El Violeo empieza fuerte, con rampas al 18 y al 19%... No hay mucho que describir y sí bastante para retorcerse encima de la bicicleta. Será poco antes del pueblo de El Violeo cuando se suavice mínimamente la ascensión. Pocos metros, aunque suficientes, para coger impulso ante las increibles pendientes de hasta un 20,5%. 2,2 kilómetros apoteósicos, impresionantes y luego... a respirar. La subida irá perdiendo fuelle poco a poco, hasta que se culmina en el kilómetro 3,7. A partir de ahí bajaremos algo más de un kilómetro para entrar en Ules, donde se suceden varios toboganes que nos llevan a la carretera del Naranco.
Algo más de 5 kilómetros tendremos hasta la cima, hasta el Cristo, donde finalizaremos la ascensión. Es importante señalar este detalle, sobre todo para quien venga a copiar la altimetría, como sucedió hace unos meses, cuando en un determinado diario se ofreció una información errónea de la altimetría del Naranco en la Vuelta, guiándose, como me aseguraron, por el libro de ruta de la Vuelta (¿?). No, la meta habitual de las distintas competiciones estaría a poco menos de 4 kilómetros de ese cruce, siendo, por tanto, la longitud del encadenado Violeo-Naranco de 11,5 kilómetros... Apunten bien este detalle antes de dar informaciones falsas a los lectores. De nada.
Pero
seguimos con la descripción. La subida irá ganando en intensidad hasta
la curva que encontramos sobrepasados los Monumentos Prerrománicos.
Serán los kilómetros más duros del Naranco en sí, con rampas que llegan
al 12%. Un precioso ascensor que nos permite deleitarnos con las vistas
de buena parte de la zona central de Asturias y la sierra del Aramo.
Culminado este duro tramo, alcanzamos la zona de meta habitual, donde
hace poco (en septiembre de 2013) se colocó una placa en recuerdo de
"El Tarangu". La foto, como buen cicloturista, es obligada, pero mejor
tras coronar definitivamente, en el Cristo y para ello aún descendemos
otros 400 metros que nos sitúan en los 900 definitivos. Hasta un rampón
del 16% nos encontraremos en esos metros finales que sirven para
deleitarnos ante el espectáculo visual. Respirar, contemplar a los
cuatro puntos cardinales, disfrutar... A pesar de la escasa altitud (en
comparación con los grandes puertos de Asturias), es todo un coloso, y
más si se afronta desde el Violeo.
Éste es el perfil de la ascensión: