Puerto del Palo -por Pontenova-
-el puerto 10-



Con esta ascensión abro, al fin, el capítulo del occidente asturiano en 39x28 Altimetrías, esa zona casi mítica, misteriosa, donde se aglutinan tal cantidad de puertos desconocidos para el gran público que, sólo allí podría hacerse una Vuelta a Asturias e, incluso, media Vuelta a España. La Garganta, la Bobia, la Marta, Bustantigo, el Palo, Pozo de las Mujeres Muertas, Cerredo, Rañadoiro, Acebo, Santuario del Acebo, Bustellán, Aguión, Chavadoira, Leitariegos, Chao d'Arqueira, Monasterio de Hermo o Connio son algunos de los más importantes de ese pedazo de Asturias, puertos que, como os podréis imaginar, siguen inéditos, la mayoría, en la competición profesional...

La ascensión que os voy a describir en esta ocasión es el puerto del Palo, uno de los grandes colosos del occidente, si bien por la vertiente de Pontenova, que entronca con la proveniente de Grandas de Salime cuando aún restan unos siete kilómetros de ascenso. La combinación es terriblemente explosiva: un primer tercio durísimo, con una media superior al 10%; una segunda parte suave, para recuperarse, y una tercera, y definitiva, para mavillarse ante el espectáculo visual. La parte final del Palo no tiene nada que envidiar a los otros grandes colosos asturianos, divisándose a 7-8 kilómetros las tremendas herraduras con las que concluye el puerto.

La vertiente arranca del pueblo de Pontenova, o Puente Nueva, en el concejo de Allande, pueblo al que podemos acceder desde los puertos de Bustantigo y la Marta.  Inicio demoledor, sucediéndose las pendientes del 15, 16, 17 y hasta un 18%, metidos entre la arboleda, la cual se despejará poco a poco para ver lo rápido que hemos dejado el fondo del valle. La tregua llega cuando llevamos poco más de dos kilómetros, suavizándose las rampas, aunque no convendrá confiarse, pues poco a poco la subida vuelve a aumentar en intensidad. Herradura a derechas, a izquierdas, a derechas, rampa al 14, al 15%, y comenzamos a ver, a lo lejos la parte final de la Marta, cuyo parecido con el circo de Litor es asombroso. Este infernal primer tramo finalizará cuando llevemos unos cuatro kilómetros  y medio de subida, a uno del cruce con la carretera que proviene de Grandas de Salime. Aquí la pendiente descenderá notablemente. Será el momento de tomar aire para afrontar la parte final, donde volverá la dureza, aunque mucho más comedida, sin duda.

Hasta el pueblo de Montefurado podremos pedalear tranquilos, endureciéndose a partir de entonces, tanto por la pendiente, como por el viento: el último tercio de subida, muy distinto al primero (que iba completamente encajonado en el valle), es muy abierto y, también, bellísimo.

El puerto, por esta vertiente, tras 12,1 kilómetros de ascenso y salvar poco más de 780 metros de desnivel. Un puerto que lo tiene todo: escénico, suficientemente duro, bello, impactante en su parte final, todo un puerto 10.

Éste es el perfil de la ascensión:

Y ahora unas imágenes de la ascensión:


Aquí tienes la subida en Google Maps: