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Puerto de las Erillas, por Navalsauz
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El
puerto de las Erillas se sitúa entre Hoyos de Miguel Muñoz, Navadijos y
Navalsauz, alcanzando los 1642 metros de altitud y transcurre por una
carretera en un irregular estado. Por si aún no estás situado, pues sí,
estamos hablando de la sierra de Gredos, de una ascensión que, por esta
vertiente, cuenta con la particularidad de albergar varias de las
rampas más duras de la provincia...y eso no es poco.
En la carretera nacional N-502 tomamos el desvío hacia Navalsauz y nos adentramos en un camino agradable, de buen asfalto, arbolado por momentos (como podéis ver en las imágenes). Un primer kilómetro casi de calentamiento, con tendencia ascendente muy leve, hasta que, tras darnos cuenta de que Navalsauz se ve algo arriba, la carretera empieza a serpentear, a trazar curvas a derecha e izquierda... El trazado es precioso, quizá lo que más de todo este puerto, por mucho que los "cantos de sirena" se pierdan entre rampón y rampón, claro. Alcanzamos Navalsauz en el segundo kilómetro y, viendo que no hay apenas señalización, en pleno centro del pueblo se adivina, a la derecha, una continuación por un camino rural que nos da muy malas vibraciones... Porque a partir de aquí el "camino feliz" se convierte en un trayecto infernal de tres kilómetros: asfalto rugoso o roto en ocasiones, rampas sucesivas de dos dígitos, carretera muy abierta, paisaje rocoso... Las Erillas es, durante kilómetro y medio, el Angliru. Así, tal cual, para que te des cuenta de donde te metes. Retorcerse, tirar de riñones, nada por aquí, nada por allá, y todo debajo del manillar, que es donde sueles meter la cabeza cuando tú no tienes otra ocurrencia que ascender puertos como éste. Por suerte Las Erillas no tiene la longitud de sus "hermanos" provinciales Mijares, Serranillos, Pedro Bernardo o Peña Negra, porque, si no, estaríamos hablando de algo fuera de lugar, sin duda. Una vez pasado este infernal tramo la ascensión se convierte en un intercambio de golpes porque te deja respirar: descansillo, rampón, descansillo, rampón...y así hasta coronar a 1642 metros de altitud, sin nada que pueda recordarnos donde estamos, salvo un pequeño cartel de madera. Una lástima que un puerto de estas dimensiones no cuente con la señalización adecuada y que la Vuelta aún no lo haya encontrado en sus años de historia...
Las Erillas bien puede combinarse con puertos como Navalacruz, Menga o Chia (antes) o Parador de Gredos (y Plataforma de Gredos), La Erilla, el Pico (por el norte)... Hubiera enlazado de puro lujo en la etapa con final en la Plataforma de Gredos, situando la explosividad de estas rampas a apenas 30 kms de la meta.
Perfil de la subida:
En la carretera nacional N-502 tomamos el desvío hacia Navalsauz y nos adentramos en un camino agradable, de buen asfalto, arbolado por momentos (como podéis ver en las imágenes). Un primer kilómetro casi de calentamiento, con tendencia ascendente muy leve, hasta que, tras darnos cuenta de que Navalsauz se ve algo arriba, la carretera empieza a serpentear, a trazar curvas a derecha e izquierda... El trazado es precioso, quizá lo que más de todo este puerto, por mucho que los "cantos de sirena" se pierdan entre rampón y rampón, claro. Alcanzamos Navalsauz en el segundo kilómetro y, viendo que no hay apenas señalización, en pleno centro del pueblo se adivina, a la derecha, una continuación por un camino rural que nos da muy malas vibraciones... Porque a partir de aquí el "camino feliz" se convierte en un trayecto infernal de tres kilómetros: asfalto rugoso o roto en ocasiones, rampas sucesivas de dos dígitos, carretera muy abierta, paisaje rocoso... Las Erillas es, durante kilómetro y medio, el Angliru. Así, tal cual, para que te des cuenta de donde te metes. Retorcerse, tirar de riñones, nada por aquí, nada por allá, y todo debajo del manillar, que es donde sueles meter la cabeza cuando tú no tienes otra ocurrencia que ascender puertos como éste. Por suerte Las Erillas no tiene la longitud de sus "hermanos" provinciales Mijares, Serranillos, Pedro Bernardo o Peña Negra, porque, si no, estaríamos hablando de algo fuera de lugar, sin duda. Una vez pasado este infernal tramo la ascensión se convierte en un intercambio de golpes porque te deja respirar: descansillo, rampón, descansillo, rampón...y así hasta coronar a 1642 metros de altitud, sin nada que pueda recordarnos donde estamos, salvo un pequeño cartel de madera. Una lástima que un puerto de estas dimensiones no cuente con la señalización adecuada y que la Vuelta aún no lo haya encontrado en sus años de historia...
Las Erillas bien puede combinarse con puertos como Navalacruz, Menga o Chia (antes) o Parador de Gredos (y Plataforma de Gredos), La Erilla, el Pico (por el norte)... Hubiera enlazado de puro lujo en la etapa con final en la Plataforma de Gredos, situando la explosividad de estas rampas a apenas 30 kms de la meta.
Perfil de la subida:
Y ahora unas imágenes:
Aquí
tienes la subida en Google Maps: