Puerto de Esperabán,
por Cáceres



Estamos en Las Hurdes, al norte de la provincia de Cáceres y, claro, lo primero que se nos viene a la mente al hablar de esta zona de la península es este documental rodado hace unos 90 años por Luis Buñuel:



En cuanto al ciclismo, en cuanto a la Vuelta a España, las Hurdes apenas han sido transitadas. En 2020 una de las últimas jornadas atravesó el puerto del Robledo, más al norte que Pinofranqueado y el puerto de Esperabán, con tres vertientes (dos en Cáceres y otra más en Salamanca):



Fue una etapa que no estaba, inicialmente, en el recorrido y que se hizo por la Pandemia... Me explico: había paso a Portugal, quien determinó que no era buena idea que la Vuelta entrara en su país en 2020 (en plena pandemia), por lo que Unipublic se sacó de la manga el paso por Las Hurdes y este fantástico diseño de la etapa Salamanca-Ciudad Rodrigo.

Y tras ubicar la ascensión al puerto de Esperabán, pasamos a hablar de la ascensión en sí, la cual guarda grandes similitudes con otro gran coloso peninsular: la Cruz de la Demanda. Una primera parte de aproximación, con repechos, remontando el valle, y, después, el puerto en sí, con una dura parte final. Nos ubicamos en Pinofranqueado y tomamos la carretera que se dirige a Aldehuela, ya con alguna rampa dura en los primeros metros, pero ya, poco después, bajada y llano durante varios kilómetros.  Un paisaje bellísimo, una carretera típicamente de montaña y repechos y más repechos hasta sobrepasar el desvío a Castillo. A partir de ahí, kilómetro 11,5, sería el punto donde tomaría el inicio del puerto en sí, puesto que vendrá ya un kilómetro muy sostenido en torno al 7-8%. Todavía habrá otra bajada hacia el desvío a Las Erías, pero esto ya se ha puesto serio, y pasado el mismo las rampas vuelven ya con más continuidad, así que aquello que pensaba, que la parte dura arrancaba en Aldehuela, era erróneo... Tras 15 kilómetros alcanzamos esta última localidad de la subida y la carretera empieza a serpentear por la montaña, endureciéndose más y más, con cada vez más curvas de herradura, pendientes que se van al 15-16%. No hay más que deleitarse con algunas de las fotografías del reportaje, más abajo, para darse cuenta de que estamos ante una de las mejores ascensiones peninsulares...sí, peninsulares, porque está claro que ya lo es, por supuesto, de Cáceres. Posiblemente más duro y escénico Villuercas, pero Esperabán contiene ese aroma de puerto que no va a tirones en dureza, sino en progresión.
Tras casi 22 kilómetros de ascenso alcanzamos la cima del puerto de Esperabán y finaliza el asfalto, puesto que por Salamanca, el puerto es de tierra... Una lástima con vistas a enlazarlo, por ejemplo, con el puerto del Robledo (y las Batuecas). Es lo que nos ocurre con tantos y tantos puertos de la península y estas situaciones tan incomprensibles: Esperabán se une a los Farrapona, Vegarada o Cubilla, con asfalto en una provincia y tierra en la otra.
En conclusión, una ascensión colosal que auna todos los ingredientes para ser visitada y paladeada por cualquier cicloturista que se precie y que debiera golpear con fuerza a las puertas de la Vuelta a España para un futuro estreno.

Éste es el perfil de la ascensión:


Y ahora unas imágenes:



La subida, en Google Maps: