Puerto de Ancares
-por Pandozarco-



¡¡¡Silencio!!! Llega a la web, por fin, el "Mortirolo Español". Llega Ancares por Pandozarco, un puerto que no necesita presentacion  y que es sinónimo de dureza. Ancares en Francia e Italia sería una subida habitual en los recorridos del Tour y del Giro como pasa con los "templos" que cada poco visitan esas dos carreras. Pero aquí no, y esto es una crítica y un ataque y lo que querais llamarlo, hacia la organización de la carrera y, por extensión, a las administraciones correspondientes. Ancares debiera ser un símbolo de La Vuelta ("retornaaAncaresya", o alguno de esos "apellidos que suelen adornar a las salidas y llegadas...") como  lo son el Angliru y Lagos de Covadonga, por ejemplo, pero no, eso no ocurre. Los hay que argumentan sus deficientes comunicaciones, "su carácter lejano" del resto de la civilización, como si el col de Restefonds se afrontara desde una avenida cercana a los Campos Elíseos o el mismo Stelvio colindara con alguna calle milanesa o romana... Pero tal vez el gran defecto de "Ancares"... No, no puedo decir eso. Debo pararme y decir lo correcto. Vuelvo a empezar: pero tal vez el gran defecto de la Vuelta es su incapacidad para encumbrar puertos, para dar transcendencia universal a aquellas subidas que siguen y no aquellas en las que sitúan la meta. Y ahí Ancares por Pandozarco es uno más, uno muy duro, pero no más que Angliru o Gamoniteiru o Cuitu o alguno que otro camino que lleva a Sierra Nevada. Ancares "nació" para ser nuestro Mortirolo, puerto cuya leyenda comenzó a escribirise en los 90 (ayer digamos). En aquella etapa del 5 de junio de 1994, hace casi 30 años, en que el mito del Mortirolo impactó para siempre en el corazón de los aficionados al ciclismo, se pasó camino a Aprica y al Vallico Santa Cristina. El coloso a un montón de kilómetros de la meta, destrozando un pelotón reinado por Indurain, el más grande de la época. Y hoy se sigue hablando de "aquella etapa del Mortirolo del 94", importando poco el lugar que fue meta. Y así debiera ser con Ancares...
Ancares empieza al paso por el puente sobre el río Balouta, en la carretera que une Rao con Murias, un lugar sombrío, arbolado, verde, y del que sales a golpe de rampa, porque Ancares no es de dar metros de calentamiento. Herraduras, dureza y en un momento te encuentras con el desvío a Murias (a la izquierda), que es el camino que hemos tomado para hacer esta altimetría. Sin embargo puedes seguir de frente y nos encontraremos más adelante... El paso por el pueblo de Murias se complica primero con el cemento y, sobre todo, con un rampón impresionante que servirá para alcanzar la carretera general por la que transitabamos. Le hemos quitado algo más de 300 metros a la subida, incrementando la media y, sobre todo, para darnos de bruces con el desvío a Pandozarco. Otra disyuntiva para los que vengais por aqui: ir por Balouta y encontranos en Cruz de Cespedosa, o buscar el reino de Ancares a través del camino de Pandozarco. De nuevo, sin dudas, si quieres hablar de leyenda, adéntrate en esa senda empinada, en esa rampa recta, interminable, que se mete en el infierno. Durante los dos siguientes kilómetros Ancares no da apenas tregua con una mezcla de rampas (que no bajan del 10%...o del 12%), amplias rectas y un asfalto rugoso por momentos, a veces descarnado, vegetación abundante, rectas, más rectas, tortuoso. En esos 4-5 kilómetros que nos separan de Pandozarco, por fortuna tendremos una tregua en donde las pendientes se relajan sobremanera. Un respiro ideal para tomar aire y relajar la tensión a la que nos somete Ancares. Y vuelta a la dureza por un camino rectilíneo (insisto porque es lo mas significativo de esta vertiente de Pandozarco, sus largas rectas)  que se prolonga ahora hasta Pandozarco, la legendaria braña que da nombre a  un puerto mítico, el camino más duro de todos... Alli baja un poco la pendiente, pero casi un espejismo para seguir con los dos siguientes kilómetros, cada vez más abiertos y cuya pendiente irá decayendo ya antes de alcanzar Cruz de Cespedosa. Ese kilómetro anterior al cruce de caminos, el noveno, es el más suave y servirá para tomar, ahora sí, un gran respiro para la parte final. Ya en la carretera principal de nuevo, habiendo dejado atrás el infernal camino de Pandozarco, la influencia del viento crecerá sobremanera, lo que se une al inmenso dolor de piernas proveniente de  la "batalla " con las rampas de Pandozarco. No son imaginaciones: a esas alturas, en los dos últimos kilómetros, las pendientes parecen mayores de lo que son en realidad. Los metros avanzan despacio a pesar de que la cima del puerto se ve cercana... Ancares, al fin, cae tras 11,7 kilómetros (os recuerdo que la altimetría está hecha atravesando Murias y su duro rampón) a una media del 9,3%.

Éste es el perfil de la ascensión:


Y ahora unas imágenes:



La subida, en Google Maps:



Ancares por Pandozarco fue incluido como final de etapa en la Vuelta a España de 2014 en una etapa en la que venía precedido de Folgueiras de Aigas: