Esta web puede presumir de ser una auténtica enamorada de los puertos de montaña, de distintos sistemas montañosos de mayor o menor altitud o importancia. Lugares con un encanto especial, puertos de paso, altos de todo tipo, pero hay zonas que tienen una gran preferencia. No puedo negar que soy un enamorado de la sierra de Gredos y de las múltiples ascensiones que te puedes encontrar en este rincón. Puertos de todo tipo con carretera siempre rugosas, típicamente de montaña y en su gran mayoría con escaso o nulo tráfico. Un lugar para disfrutar del cicloturismo en toda su esencia. A la web hemos traído puertos más o menos conocidos por cualquier aficionado al ciclismo que se precie: los Serranillos, Mijares, Pico o Peña Negra... Pero luego hay otros que parecen quedar relegados a un papel secundario hasta que los incluyes en una ruta. Eso fue lo que sucedió el día que incluí el puerto que os voy a describir a continuación. Posiblemente no cuente con el nombre más atractivo que haya, ni pueda considerarse globalmente como un puerto, sino como un conjunto de ascensiones encadenadas (como ocurre en muchos otros casos), pero sí que entra en esa categoría de "imprescindible" si te pasas por la zona.
Con poco más de doce kilómetros de ascenso a una media superior al 5%, rampas de hasta un 15% y paso por zonas extremadamente atractivas, aquí está el Portezuelo de Mari Lucas por Poyales del Hoyo.
Nos situamos en la carretera autonómica CL-501 entre las localidades de Ramacastañas y Candeleda, donde tomamos el desvío hacia Poyales del Hoyo. Serán poco menos de dos kilómetros bastante duros con rampas que llegan al 15% y que componen la primera parte de la subida, atravesando la localidad (el callejeo recogido en el mapa y en el gráfico no ha sido por la carretera principal, pero sí es válido para una bici, sin tener que echar pie a tierra en ningún momento, pasándose calles muy estrechas, ojo). Poco después alcanzamos la carretera provincial AV-924, más estrecha, más rugosa, con pendiente más suave que la inicial y, también, mucho más bella. Atravesamos el paraje donde se sitúa la cascada del río Arbillas y, poco después, tomamos el desvío hacia Arbillas, entrando en una carretera forestal que cuenta con un estado irregular por momentos. ¿Vale la pena meterse en bicicleta por zonas rotas como las que vas a encontrar (enero de 2019)? No lo dudes ni un momento: la respuesta es SÍ. A partir de ahora las pendientes crecen situándose en torno al 7-8% que parecerá incluso más por las dificultades ya mencionadas del firme, aunque compensado por el lugar en el que te encuentras pedaleando. En torno al kilómetro 10, 5, tras pasar por zonas verdaderamente orgiásticas (si te gusta el cicloturismo y/o los puertos y/o la montaña, claro) alcanzamos el mirador de Arbillas, lugar en el que pensaba que me había equivocado de carretera (hay un montón de pistas forestales...) puesto que las vistas se orientan hacia el sur, lugar desde donde podemos contemplar la inmensidad de la Meseta sur: una auténtica gozada. Pero la subida no finaliza ahí, sino que aún quedarán varias embestidas en forma de rampones y un par de cruces (en ambos hay que continuar hacia el Portezuelo), y, entre ambos, pendientes que se van al 15-16% antes de culminar en una recta en la que no queda muy claro el lugar exacto en que se ubica la cima. En la altimetría la he indicado tras 12,1 kilómetros aunque de continuar (como debes hacer, claro), la carretera seguirá a "toboganes", de mayor o menor dureza, hasta Guisando donde, ahí sí, puedes descender hacia Arenas de San Pedro o bien seguir subiendo a Nogal del Barranco...
Un puerto irregular, con tramos bellísimos y otros con esas dosis de dureza que le dan incluso empaque a la hora de incluirlo en cualquier ruta de alta montaña que se precie. El único inconveniente puede venir del estado del firme en esa tercera parte del ascenso, pero aún así ello le dota de un atractivo aún mayor. La sensación de soledad en ese tramo es impagable...

Perfil de la subida:

Y ahora unas imágenes:

Aquí tienes la subida en Google Maps: