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La ruta Panticosa
AÍNSA, contigo empezó todo...
Algunas imágenes que pudimos tomar del Cañón del Añisclo...
Y ya en pleno puerto comenzamos a ver carteles indicadores con nuestro "objetivo": Panticosa.
Y otro puerto más al saco: Cotefablo, el cual cuenta con un túnel en la cima bastante estrecho...
La Hoz de Jaca se eleva sobre el embalse de Bubal, dejándonos instantáneas tan espectaculares como las de arriba.
Cuando llegamos al apartamento y
empezamos a ver las aplicaciones meteorológicas, éstas no dan tregua
apenas en el lado francés de los Pirineos, con lo que habrá que aplazar
para el día siguiente los Aubisque, Marie Blanque o Larrau.
Arriesgarnos a cruzar para ver el tiempo nos puede restar tiempo para
otras rutas atractivas... Y como me gusta tanto esto de los diseños, de
los recorridos, presento a mis colegas de grupeta un interesante
recorrido con varios puertos enlazados en su parte final y una
culminación grandiosa que ya había hecho hacía unos años: el Balneario
de Panticosa.
Petralba, muy al inicio de la
ruta (que saldrá de Sabiñánigo), y, luego, en busca del Cañón de
Añisclo, con la subida a Fanlo, el puerto de Cotefablo, y el
interesante enlazado final con la Hoz de Jaca y el Balneario de
Panticosa. Y luego vuelta a Sabiñánigo, claro... (Pincha en la imagen para ver el recorrido en el vídeo de la aplicación RELIVE)
Ya de salida nos metemos en la carretera nacional N-260, donde tenemos un pequeño puerto que me sonaba de "la mejor etapa de la historia de la Vuelta":
Petralba. Subida suave por carretera ancha, cómoda, en buen estado. El
único "pero" está después, en el largo túnel que debemos atravesar para
alcanzar Fiscal.
Vendrán después unos cuantos
kilómetros de repechos, rectas, carreteras estrechas y algún que otro
cañón. Hasta que llegamos a Aínsa, donde nos tocará el momento café
antes del primer gran puerto del día...
AÍNSA, contigo empezó todo...
Ya después de Aínsa la carretera tomará sentido ascendente hasta Escalona, donde continuamos hacia el cañón de Añisclo, pero...
Pero la carretera del cañón de
Añisclo está cortada y, tras supervisar algunos kilómetros, nos vemos
obligados a dar la vuelta y adentrarnos en la subida a la Collada de
las Fuebas, una de las mayores sorpresas de la ruta sin ninguna duda...
Escénico, con sus dosis de
dureza, irregular por momentos, por paisajes muy abruptos, la collada
de las Fuebas enlazará con la carretera del cañón de Añisclo
(tras coronar y unos dos kilómetros más allá).
Algunas imágenes que pudimos tomar del Cañón del Añisclo...
Y llegará la subida a Fanlo, la
irregular subida a Fanlo, la cual enlaza perfectamente con la anterior,
y donde nos hacemos una foto con... ¡¡¡un helicóptero!!!
La vertiginosa bajada de Fanlo
hacia Sarvisse, nos lleva, después, a Broto, donde comeremos en un
pequeño parque, puesto que en los bares en los que entramos "no cuentan
con pan"... (sí, la misma cara de incredulidad que acabais de poner es
con la que nos quedamos ese día).
Sobre Broto se eleva el puerto de Cotefablo, escénico y duro en su primer tercio sobre todo.
Y ya en pleno puerto comenzamos a ver carteles indicadores con nuestro "objetivo": Panticosa.
Y otro puerto más al saco: Cotefablo, el cual cuenta con un túnel en la cima bastante estrecho...
Tras la bajada a Biescas tomamos
la carretera que se dirige a Francia por el puerto del Portalet, hasta
el desvío a la Hoz de Jaca. Ya desde allí (Biescas) la carretera tendrá
sentido ascendente, cortado por una pequeña bajada tras el cruce a la
Hoz de Jaca, famosa subida incluida, por la otra vertiente, en la QH.
La Hoz de Jaca se eleva sobre el embalse de Bubal, dejándonos instantáneas tan espectaculares como las de arriba.
Carlos y Estrada optan por
dejarse caer hacia Sabiñánigo. Se ha hecho tarde y la definitiva
ascensión a Panticosa la hacemos casi a contrarreloj Luis, David y un
servidor.
Panticosa, que ya conocía de
hace unos cuantos años, deleita a mis colegas por ese paisaje rocoso,
esas curvas de herradura y esa dureza (humana) de la segunda mitad.
Aquí, la foto en la cima de este coloso.
Lo paso mal en los más de 30
kilómetros que hay desde la cima de Panticosa hasta Sabiñanigo, pero
mis compañeros me esperan y me llevan de vuelta, cubriendo
completamente de noche los últimos kilómetros de la ruta.
Cuando llegamos finalmente a Sabiñánigo tengo una mezcla de cansancio y felicidad difícil de explicar (pincha en la imagen para acceder al vídeo).