Inmolación en Boal 2021


Jamás pensé que en este año llegaría al 26 de junio con una ruta apoteósica en un sitio lejano al que tuve que meter horas de viaje, horas sin dormir, horas sin comer, horas sin salir en bici, horas sin puertos. Supongo que como a muchos de vosotros, este año y medio (casi) nos ha desanimado, nos ha separado de muchos seres queridos, nos ha impedido muchas cosas... Las "Borracheras", las Kedadas Aniversario, las Navidades en el Gamoniteiru, tantos encuentros, tanta gente con la que compartimos experiencias y aprendizajes: cicloturismo, puertos, lugares, paisajes, momentos,...
Mi amigo Luis había planeado la ruta Boal para el domingo 27 de junio, pero, como un guiño del destino, tuvo que adelantarla a una fecha que a mí me venía mejor, y a esa oportunidad, a ese barco, pude subirme para volver a encontrar a tantos amigos, a tantos locos por los puertos, a tantos compañeros de fatigas y sufrimientos, que no podía evitarlo.
Salgo de Pola de Lena a las 5:45 rumbo a Boal, puesto que la salida de la ruta está planeada para las 8:00 de la mañana...

Éste es el perfil de la ruta:


Sentid envidia, malditos, que voy a compartir una ruta de más de 200 kilómetros y de 5000 metros de desnivel con esta xente sin igual con la que llevaba demasiado tiempo sin coincidir...


La ruta comienza con kilómetro de subida para alcanzar el área recreativa de Laviada, donde está este cartel y el cruce en busca de la primera bajada de entidad...



El primer puerto del día es Valdedo, irregular subida que nos conecta con el puerto de la Marta. En Valdedo aún hay risas y algunas fuerzas, aunque carretera húmeda y fresco, tiempo fresco.



Esto es Puente Polea, donde arranca el gran puerto del día, el gigantesco Bustantigo-La Marta, con sus 25 kilómetros de irregular ascensión.




En esta primera parte de ascensión empiezo a sentir una tremenda debilidad y un gran agobio, por la niebla que elimina referencias, que impide ver los aerogeneradores del puerto (de Bustantigo)



El grado de debilidad es tan exagerado que, rompiendo todos los protocolos y planes, me tiro en el suelo con mi primer bocadillo y un refresco. No podía más, no me veía con fuerzas para nada y aún quedaba muchísima ruta



Vuelven las fuerzas y ya puedo volver a sentirme globero como uno más, así que voy conversando animadamente con Miguel, otro gran enamorado de los puertos, otro de esos "anónimos" que trabaja en favor del cicloturismo, de los puertos de su tierra e imprime caché a cualquier ruta. La conversación se anima tanto que subo como nunca esa parte final de la Marta...



Tercera vez en el puerto de La Marta (por Bustantigo) y tercer beso que le planto al cartel de este puerto extraordinario del Occidente Astur.




Tras un breve descenso conectamos con la última parte del puerto del Palo por Allande, subida escénica y vistosa como pocas, como se puede ver en esta imagen.




Y esto es el puerto del Palo, en el kilómetro 60, y en donde el desnivel se nos va a 2300 metros...



Como hacía poco que había comido, paso del resto del grupo y me pongo a tomar tranquilamente un café frente al resto del grupo, que planea un ataque en tromba en el siguiente puerto.




Tras el avituallamiento llegará el turno de la segunda parte de bajada del puerto del Palo, ya por el valle del Valledor.




Y después llegará el ascenso al largo Pozo de las Mujeres Muertas, cuya segunda parte se hace dura, y más aún para alguien cuya cima principal en los últimos tiempos ha sido una cuesta de 3 kilómetros al 2%, la mítica Marañosa. Allí empiezo a sufrir lo que comúnmente se conoce como desfallecimiento, pájara o, simplemente, "tengo fame, ¿queda mucho?"




La zona más alta del Pozo de las Mujeres Muertas se sitúa en el alto de Valvaler, donde Fran vuelve a inmortalizarnos.




La ruta transcurre, a partir de aquí, y durante varios kilómetros, por la provincia de Lugo. Allí nos espera otro de los "bichos" del día: Pedras Apañadas.



Mikel Landa Meana, que participa en la ruta bajo el sobrenombre de Adrián, sonríe porque va a atacar, tras esta fotografía, al bueno que escribe esta crónica.




Y voy perdiendo a todo el mundo, que se va por delante. La ruta prosigue con su cariz agonístico, de supervivencia, de autorregulación, que quiere decir que voy a poner el piñón más grande que tenga y voy a subir lo mejor que pueda.




Alcanzo la cima de Pedras Apañadas, a unas diferencias que creo que no voy a poder solventar en la contrarreloj. Me tiro en el suelo intentando no mirarlos para no insultarlos con fuerza. Intento reprimirme mirando al suelo fijamente, como se ve en la imagen. A esas horas me acuerdo que llevo más de dos años sin sumar tanto desnivel en un sólo día...y aún faltaban más de 1000 metros.



El intercambio de pareceres es tan profundo que se ve con claridad en esta imagen, donde poso apartado del resto. Ellos sonríen, yo los insulto por lo bajo mientras las ortigas hacen lo suyo



Cuando llegamos a Pesoz el grupo se divide: unos optan por acompañarme hacia Boal por la carretera general, pero otros que no me aguantan (como Pablo, Luis, Fran, Mikel Landa alias "Adrián" y el señor que lleva la furgoneta) se van en busca de la Bobia por Soutelo.



La buena sintonía en este subgrupo es total y ello hace que posemos alegremente en fotografías tan perfectas como ésta. David también está en esta foto, pero como va unos kilómetros por delante, no se ve.



Frente a nosotros Puente Urubio, donde arrancará la última subida del día, hacia Boal.




Y culminamos la ruta con 204 kilómetros y 5400 metros de desnivel, pero ahora veamos que hacen aquellos que optaron por "ir por otro lado"...


Alcanzan la cima de la Bobia por Soutelo sin tanta alegría como los tres de arriba, con lógica decepción tras no hacer la ruta de 5400 metros: ellos sólo alcanzaron los 6400.



Y aquí ya posan felices porque vuelven a verme.

Ruta enorme, colosal y extraordinaria, y muy dura. Agonística, y más para mí en particular en un año como éste, pero los misterios del cuerpo tienen estas cosas: levántante, deja de lamentarte y pedalea y pedalea y pedalea hasta el final.
Un placer volver a compartir ruta con Jorge, con Miguel, con David, con Luis, con Pablo, con Adrián, con Fran Sánchez y, por supuesto, con nuestro Fran en el coche de apoyo.

FOTOS: Fran Díaz, Luis Valín y propias