Guadarrama Classic's



Mañana fría en Guadarrama, donde nos citamos, para acometer una ruta que nos deje las piernas ya enfocadas hacia la Borrachera (de puertos). Falta un mes y Juan quiere una de esas que ponga un punto de inflexión en esos entrenamientos entrecomillados que llevamos tiempo haciendo.
Sigo en mi particular disfrute continuo de la bicicleta. Da igual la época, da igual el lugar, da igual la cantidad de puertos que haya en el camino, estoy en una época cicloturista en la que me siento de vuelta de todo. Por ello, cuando todo parecían risas, sol y cuentas de la lechera, nos espera un nubarrón tremendo que te pone a prueba y te vuelve a recordar que si fuera fácil se llamaría fútbol... Rodé cómodo todo el día, pero, al final, la montaña te recuerda que no perdona, que, o sabes tratarla o te maltratará...


(pinchando en la imagen puedes ver la ruta en Strava)

El perfil de la ruta tiene los ingredientes suficientes para que se me ilumine la cara ya desde hace unos días: cuatro puertos, más de 145 kilómetros y 3000 metros de desnivel. Números suficientes para ponernos a prueba durante unas cuantas horas. Hemos buscado más socios de ruta, pero sólo hemos encontrado, para la primera mitad del recorrido, a Juan Carlos.



Y arrancamos con Navacerrada que, desde Guadarrama, es una larga tortura, con lo peor en los últimos kilómetros. Para mí el puerto más duro de Madrid, el mejor, el gran coloso de la sierra de Guadarrama, por encima de Navafrías, Morcueras y otras historias. Por fortuna toca al principio, y la cima puede divisarse...y tocarse.



Desde julio no ascendía por aquí, en otra ruta de esas maratonianas que ya no suelo hacer tan a menudo, sólo cada mes... En la imagen, Juan alcanzando la cima del primero día.



La foto en la cima de este magnífico puerto: Navacerrada.



El paso hacia Cotos muestra este espectacular aspecto, con nieve, y la Bola, que nos espera... para otra ocasión.



Vienen kilómetros de "toboganes", con aire, casi siempre, favorable, que nos permite llegar con rapidez a las estribaciones del inicio de Canencia, segundo puerto del día. A esas alturas la temperatura va subiendo y yo me voy encontrando cada vez mejor. De mi habitual preferencia por los días de frío he pasado a los de calor. ¿Me estoy ablandando? ¿Me estoy haciendo mayor? ¿Todo a la vez?



Y viene el segundo puerto del día, con dos tercios de ascensión más bien suaves, de toboganes, y una parte final en donde las rampas casi siempre se me atragantan... Y esta vez no fue menos.



El segundo puerto del día es Canencia. Allí, en la cima, nos despedimos de Juan Carlos. Buen compañero de ruta con el que espero compartir muchas de éstas.



En Miraflores nos espera, a mitad de ruta, el avituallamiento, el bocata del día. Juan insinúa una modificación de la ruta, pero le "hago comprender" que, salvo fuerza mayor, hay que respetar lo marcado. Sé que va tocado (lleva más kilómetros que un "ALSA"), pero la ruta es la que es...




Comenzamos Morcuera (¡qué lejos se ve la cima!) y marco un ritmo para ir dosificando fuerzas.



Los kilómetros más difíciles, las peores rampas, los ratos malos, van quedando atrás, y Juan va poniendo mejor cara. Sé que a pesar de ir jodido, el tener una rueda de referencia le hace venirse más arriba.



Y Morcuera es el tercero del día, con 91 kilómetros y más de 2200 metros de acumulado.



La bajada se vuelve incómoda. Sopla mucho aire en contra y vuelve el frío que parecíamos haber superado, pero la fuerza mental que nos da el saber que estamos ante el último puerto del día nos anima a seguir. Cotos será el que cierre este menú de puertos de Guadarrama, con negros nubarrones que pueden jugarnos una mala pasada...




Cotos, una ascensión sin rampas duras, pero que "mata" por su regularidad, nos lo tomamos como un ejercicio de resistencia, sin alardes, con plato pequeño: "nadar y guardar la ropa". Todo parece ir bien hasta que a poco de coronar parece chispear. La temperatura ha bajado notablemente y los últimos metros se vuelven más cuesta arriba...



Cuando nos hacemos la foto en Cotos ya está lloviendo levemente y el trayecto hasta Navacerrada se presenta terrible, con una niebla que tapa todo. La temperatura desciende hasta los 3º y nieva por momentos...



Esos 6-7 kilómetros hasta Navacerrada se vuelven interminables. Es lo peor del día y envuelve en épica una ruta dura, pero que, hasta ahí, se me había hecho cómoda, a pesar de los cuatro puertos, a pesar de los 3000 metros. Es lo bonito de este deporte: todo puede cambiar en cuestión de momentos. El enfrentamiento con la montaña puede hacer variar todo...



Tras una bajada fría por la impecable carretera que baja de Navacerrada hacia Guadarrama, culminamos en el Bar Romantic, dispuestos a una nueva empresa...pero muy diferente.
Tío, te lo has ganado...