39x28 ALTIMETRÍAS
Desafío 8000
-rematando Gamoniteiru-
Quería concentración, sólo sentir el dolor en las piernas, centrarme en el sufrimiento y avanzar, sin nadie alrededor. Subir y subir en mi lugar favorito.
Con
tantas horas para pensar decido que haré una séptima ascensión, sí,
pero hasta el alto de la Cobertoria, puesto que la posibilidad de
Everesting se ha esfumado, la niebla en la sexta ascensión apenas
permitía visión y pienso que lo mejor es acabar de día. Cuando arranco
a por ese ascenso a la Cobertoria son las 18:30 y veía que tenía margen
para finalizar con luz, aunque la visibilidad se ha reducido
bastante durante la tarde y la temperatura, bajado sobremanera.
Los seis ascensos a Gamoniteiru (aunque capado hasta el lugar conocido
como Llanos de Martín,según visor Sigpac) y ese remate en Cobertoria me
dejan satisfecho como nunca. Tenía un reto por delante, sí, pero pude
alcanzar los 8000 metros, mi segunda ruta de más desnivel, pero la que
más rápido avance: en menos de 13 horas de tiempo real.
Ese margen para llegar a la Cobertoria me relaja algo y hago alguna foto más.
Desde aquí quiero agradecer al montón de cicloturistas y conductores que me vieron y animaron durante esta "fechoría" y enviarles un cordial saludo.
Este fue, finalmente, el perfil de la ruta, con los datos de las ascensiones (aproximados).
-rematando Gamoniteiru-
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Hay
algo en el Everesting Challenge que me motiva: esa posibilidad de
desafiarse a uno mismo en un puerto. Una bicicleta, una carretera, un
puerto, subir y subir (y también bajar, claro). Reconozco que, a
temporadas, me había planteado hacerlo en otros lugares, pero nunca
hasta esta vez me lo había tomado en serio, nunca tuve la determinación
suficiente para llevarlo a cabo...hasta esta ocasión.
Un día cualquiera de este mes de septiembre me desperté y sentí que tenía que hacerlo. Pero no quería en cualquier lugar, sino en mi gran coloso, el Gamoniteiru... Estudiando a fondo las posibilidades, la logística, me había planteado seis ascensiones hasta la gran cima de la sierra del Aramo y ahora había que hacerlo realidad.
Dejo el coche preparado con la comida y todos los "artefactos" necesarios: luces, chaleco, baterías, cargadores, y me pongo en funcionamiento a las 7:15 de la mañana del 10 de septiembre, cuando todavía es de noche, pero los alumbrados de Pola de Lena, Palaciós y Piedracea, me ayudan a ir cubriendo esos primeros metros casi fantasmagóricos.
Seguramente os extrañe que no haya fotos apenas, pero posiblemente haya sido mi ruta-reto en el que he estado más concentrado y no quería perder el más mínimo tiempo siquiera en fotografías, no quería distracciones, no quería apenas parar, ni hablar...
En esta primera ascensión trato de ascender guardando el mayor número de fuerzas posibles, aunque las rampas de la Cobertoria, en especial del tramo entre Piedracea y la Fuente la Faya (esos cinco kilómetros al 11%) te hacen gastar y apretar los riñones. Ya va amaneciendo poco a poco cuando me meto de lleno en el ascenso al Gamoniteiru. Primer kilómetro algo más suave y "van llegando" las rampas al 12, al 13, al 14%. Paso el primero de los tramos que, en su día fue de hormigón, solvento el tramo duro, pero veo a lo lejos furgonetas, maquinaria, obreros y una señal que indica "Prohibido el paso". No lo podía creer, tras tirarme esos primeros kilómetros soñando como sería el Everest en Gamoniteiru, pero no, esta vez no sería posible. Pregunto a uno de los obreros si puedo pasar igual, me hace gesto dubitativo (allá tú, con esa bici...) y contemplo el asfalto completamente levantado. Suelto un "mecagoen...", me doy media vuelta y veo que el desnivel acumulado es de casi 1200 metros, con lo que la posibilidad del Everesting me obligaría a ascender 8 veces (los 9600 metros). Dudo y me voy para abajo.
Bajo rápido (en relación a cómo suelo descender este puerto) mezclando frustración y ganas igualmente, porque el paisaje es sublime. Pero no quiero pararme, quiero seguir a por otra más, hasta donde no pueda pasar. Y así viene la segunda, echando cuentas de, al menos, llegar a 7 ascensos, a superar los 8000 metros. Pero los obreros aún han descendido algo más en sus trabajos, por lo que los metros que voy acumulando se van reduciendo más.
Un día cualquiera de este mes de septiembre me desperté y sentí que tenía que hacerlo. Pero no quería en cualquier lugar, sino en mi gran coloso, el Gamoniteiru... Estudiando a fondo las posibilidades, la logística, me había planteado seis ascensiones hasta la gran cima de la sierra del Aramo y ahora había que hacerlo realidad.
Dejo el coche preparado con la comida y todos los "artefactos" necesarios: luces, chaleco, baterías, cargadores, y me pongo en funcionamiento a las 7:15 de la mañana del 10 de septiembre, cuando todavía es de noche, pero los alumbrados de Pola de Lena, Palaciós y Piedracea, me ayudan a ir cubriendo esos primeros metros casi fantasmagóricos.
Seguramente os extrañe que no haya fotos apenas, pero posiblemente haya sido mi ruta-reto en el que he estado más concentrado y no quería perder el más mínimo tiempo siquiera en fotografías, no quería distracciones, no quería apenas parar, ni hablar...
En esta primera ascensión trato de ascender guardando el mayor número de fuerzas posibles, aunque las rampas de la Cobertoria, en especial del tramo entre Piedracea y la Fuente la Faya (esos cinco kilómetros al 11%) te hacen gastar y apretar los riñones. Ya va amaneciendo poco a poco cuando me meto de lleno en el ascenso al Gamoniteiru. Primer kilómetro algo más suave y "van llegando" las rampas al 12, al 13, al 14%. Paso el primero de los tramos que, en su día fue de hormigón, solvento el tramo duro, pero veo a lo lejos furgonetas, maquinaria, obreros y una señal que indica "Prohibido el paso". No lo podía creer, tras tirarme esos primeros kilómetros soñando como sería el Everest en Gamoniteiru, pero no, esta vez no sería posible. Pregunto a uno de los obreros si puedo pasar igual, me hace gesto dubitativo (allá tú, con esa bici...) y contemplo el asfalto completamente levantado. Suelto un "mecagoen...", me doy media vuelta y veo que el desnivel acumulado es de casi 1200 metros, con lo que la posibilidad del Everesting me obligaría a ascender 8 veces (los 9600 metros). Dudo y me voy para abajo.
Bajo rápido (en relación a cómo suelo descender este puerto) mezclando frustración y ganas igualmente, porque el paisaje es sublime. Pero no quiero pararme, quiero seguir a por otra más, hasta donde no pueda pasar. Y así viene la segunda, echando cuentas de, al menos, llegar a 7 ascensos, a superar los 8000 metros. Pero los obreros aún han descendido algo más en sus trabajos, por lo que los metros que voy acumulando se van reduciendo más.
Llegará
una tercera y una cuarta y una quinta... Bajando rápidamente, parando
en el coche lo justo para reponer el bote, comer algún que otro
sandwich, cargar plátanos. Tras el quinto ascenso me planto en 5900
metros y prosigo a ritmo de entre una hora y 45 minutos y las dos horas
(entre ascenso y descenso), pero ya en la sexta subida veo que el
infernal tramo de esos 5 kilómetros al 11% me va matando y apenas
logro impulsar la bicicleta a 6-7 kilómetros por hora.
Quería concentración, sólo sentir el dolor en las piernas, centrarme en el sufrimiento y avanzar, sin nadie alrededor. Subir y subir en mi lugar favorito.
Ese margen para llegar a la Cobertoria me relaja algo y hago alguna foto más.
Niebla, tiempo fresco, pero yo, feliz y contento con la ruta.
Con 8000 metros de desnivel en las piernas y más de 165 kilómetros, pedaleando más de 12 horas, no puedo evitar festejar así mi ruta, en mi puerto favorito.
Y aquí con mi gran colega, unas cervezas para digerir como se merece esta ruta.
Desde aquí quiero agradecer al montón de cicloturistas y conductores que me vieron y animaron durante esta "fechoría" y enviarles un cordial saludo.
Este fue, finalmente, el perfil de la ruta, con los datos de las ascensiones (aproximados).