Crónicas Pirenaicas 2023
-la ruta Tourmalet-



...pero el fundamento de este viaje a Pirineos era el puerto, era el Tourmalet. Como rezaban en "Amanece que no es poco". Lo demás es contingente, pero el Tourmalet es necesario. Todas las rutas, todos nuestros pensamientos, todos nuestros sueños, todos nuestros malos momentos, todos nuestros grandes momentos, todos estaban encaminados a reunirnos en el mejor día de junio para alcanzar la cima del puerto más famoso del ciclismo. Tras quince años escribiendo en esta web, como dije aquel 3 de junio, ahora ya podía dejarlo todo y dedicarme a cualquier deporte. Para mí el Tourmalet es el fundamento de mi pasión por el ciclismo: fue allí donde Indurain, mi ídolo, atacó en busca de la gloria, en la etapa que marcó a una generación, la que marca un antes y un después en el ciclismo: es el punto de inflexión en la etapa Jaca-Val Louron del 19 de julio de 1991, fecha que vuelvo a repetir por segundo artículo consecutivo. No es para menos. Esa es la etapa, una etapa de 232 kilómetros, una distancia que marca, también, nuestros parámetros de lo que debe ser la dureza de la montaña, de la alta montaña. ¿Por qué no pedís, entonces, 300 o 400 kilómetros? NO. El límite, el fundamento del gran fondo en alta montaña debe ser ese, el del 19 de julio de 1991, los 232 kilómetros y más de 5000 metros de desnivel. Esa es la etapa, esa es la etapa... Y era el Tourmalet, con Aspin y Val Louron después; era el Tourmalet tras Portalet y Aubisque.





Las previsiones vuelven a decirnos que tendremos una mañana "apañada" en lo meteorológico y una tarde complicada, por lo que el diseño irá enfocado a hacer cumbre en Tourmalet tras Hourquette d'Ancizan y vuelta, luego, por otro de los clásicos del Tour: Aspin. Sólo 105 kilómetros, con 3000 metros de desnivel y tres puertos. Para otra ocasión quedará la vertiente de Bareges y Luz Ardiden y tantos otros...



La diesel-grupeta se pone en marcha, tras el rutón de Superbagneres, en torno a las 8 y pico de la mañana. Las piernas ya empiezan a pesar un poco, pero la ilusión por lo que se nos viene, bien condensado además,  nos hace sacar fuerzas.



Tras unos kilómetros favorables por el valle, llega en torno al kilómetro cinco, el ascenso al primero del día: Hourquette d'Ancizan. Puertaco bastante incluido en los últimos tiempos en el Tour, con diez kilómetros a casi un 8% de pendiente media...




Las vistas sobre el valle son espectaculares y ayudan a sobrellevar el esfuerzo



Bello, muy bello el puerto por aquí, pero también durillo.  En la cima nos encontramos a muchos cicloturistas (es sábado), y algunos nos comentan que han colocado la estatua del ciclista plateado en la cima del Tourmalet. Era el Día Mundial de la Bicicleta (nos enteramos en ese momento) y es el día elegido para colocarlo...



La  otra vertiente de Hourquette es muy dura, muy explosiva, pero más corta (hasta Payolle, donde arrancaría verdaderamente el puerto...).


Tras rodar por el valle alcanzamos Sainte Marie de Campan, pueblo del que había oido hablar cada mes de julio... y alguna vez en primavera, cuando en aquella etapa de la Vuelta 92 Perico Delgado se paró literalmente harto del marcaje del líder Jesús Montoya... También nos pararemos, pero con otro objetivo: recargar bidones para asaltar el Tourmalet.



La estatua dedicada a Eugene Christophe en Sainte-Marie de Champan que habla de "otros tiempos" en el ciclismo, obligado a caminar durante 14 kilómetros a pie hasta dar con una forja donde repararía la horquilla delantera con sus propias manos.



Da comienzo el Tourmalet...



Primeros kilómetros de valle, de aproximación, y luego kilómetros y kilómetros al 7, al 8, al 9%...


Tras dejar la Mongie últimos kilómetros majestuosos en los que la bici avanza muy lentamente. A pesar de que ya empieza a llover levemente, las ganas de alcanzar la cima pueden con todo.





La Mongie allí abajo. Luis, Fran, Toni, Dani, Juampi, ya han coronado, pero el frío les hace minimizar la parada en la cima. Mientras poco a poco vamos acabando el puerto.


Impresionante el "tumulto" de gente en la cima. Por lo visto había una especie de subida cicloturista a la cima del Tourmalet.



Al fin, tras tantos años, cae el Tourmalet. No podía dejar pasar el momento de llevar nuestra bandera hasta la cima de este mítico puerto. Los demás irán bajando poco a poco, pero yo me quedo allí durante varios minutos viendo a la gente transitar de una vertiente a la otra. La de Bareges deberá quedar para otra ocasión, que la amenaza de lluvia y tormentas persiste.




La otra vertiente, la de Bareges, se ve impresionante.



El bar-restaurante de la cima del Tourmalet







Estas altimetrías no se ven, pero tranquilos, que una de ellas llegará pronto a la web jjjj...



Mientras el resto de la grupeta sigue bajando hacia Sainte-Marie de Campan, no paro de hacer fotos y más fotos a la bajada. Allí aprovecharemos para un café.






El tercer puerto del día será Aspin, que por esta vertiente cuenta con un largo tramo de aproximación hasta Payolle. A partir de ahí rampas más serias (sobre el 7% y paisaje más montañoso).




Fran se ha ido por delante y no saldrá en foto del puerto. Aquí el que se mueve no sale...



La otra vertiente, la de Arreau, es espectacular, y la afrontamos con mucha lluvia. Las previsiones no fallan.




Ya sólo quedarán unos diez kilómetros hasta Saint Lary, los cuales afronto con Dani, como en la ruta de Superbagneres. Ambos somos los primerizos, también, en el Tourmalet. Día redondo que celebraremos, como no...






Cuarta crónica de cuatro grandes días con mi grupeta por los Pirineos y todo un enorme listado de puertazos al saco.
¡Cuatro días inolvidables de cicloturismo!
¡Hasta la próxima, nos vemos en los puertos, siempre!



FOTOS: Toni, Pali, Valo, propias