Col du Tourmalet
-por Sainte Marie de Campan-



En la pequeña localidad de Sainte Marie de Campan, en el Departamento de Altos Pirineos (Hautes-Pyrenees) dicen que comienza el más legendario y famoso puerto del ciclismo: el col du Tourmalet. Dicen también que el Tourmalet no es la ascensión más alta, ni la más bella ni la más dura, pero también que es diferente, que es el más histórico, el más mítico de todos. Haciendo un breve repaso de grandes colosos podría decir que los Lagos aparecieron en 1983, el Mortirolo y el Angliru son cosas de los 90, en tanto que el Tourmalet lleva dando batalla desde 1910 en el Tour. El Tourmalet es ese puerto en el que Eddy Merckx, vestido de amarillo, un día de julio de 1969, atacó a sus rivales y se marchó en solitario camino de Mourenx:



El Tourmalet es  ese puerto en el que Bernard Hinault, de amarillo, puso patas arriba el Tour 1986, atacando en su descenso en la jornada que finalizaba en Superbagneres, lugar en donde fue "ajusticiado" por su compañero de equipo, Greg Lemond.



El Tourmalet es ese puerto en donde Miguel Indurain aprovechó su descenso para desprenderse de sus rivales y emprender camino, junto a Chiappucci, a Val Louron y el primer maillot amarillo (1991):


El Tourmalet es ese puerto en el que Pedro Delgado se paró literalmente harto del ferreo marcaje del líder Jesús Montoya en la primera ocasión en que el coloso se incluyó en la Vuelta (1992):


El Tourmalet, en definitiva, es el Tour, es uno de los puertos que componía el encadenado salvaje  que se pasaba en la etapa Luchon-Bayona del 21 de julio de 1910: Peyresourde, Aspin, Tourmalet, Soulor, Tortes, Aubisque y Osquich, aquella del grito "asesinos" a los organizadores de la ronda francesa.
La vertiente que vamos a ver en esta ocasión es la de Sainte Marie de Campan, la vertiente oriental. Seguramente habreis visto altimetrías, inicios de puerto en Campan (varios kilómetros más abajo) o, incluso, en Bagneres de Bigorre, pero aquí nos hemos inclinado por esta localidad en la cual sale el cruce hacia el Col du Tourmalet y se abandona la carretera  D-918, la que se dirige a Payolle y el col d'Aspin. El arranque ya es intimidante, simbólico, con la estatua de  Eugene Christophe, quien reparó su bicicleta tras caminar  kilómetros por Tourmalet y dar con una forja en esta localidad...en 1913: "eran otros tiempos". Los primeros kilómetros del Tourmalet dan tregua, son más bien suaves y transcurren por el valle con tranquilidad. Podemos situar el arranque de la parte dura (que ya será lo que reste hasta la cima) en la localidad de Gripp, cuando llevamos algo más de cuatro kilómetros de ascenso. La carretera va sumergiéndose poco a poco en un frondoso bosque, divisando unos cuantos metros más arriba la primera de las famosas galerías... pero antes habrá que pedalear y sudar bastante porque el Tourmalet ya no tiene descansos y la pendiente se estabiliza en torno al 8-9%. Largos e interminables tramos rectos donde imaginamos a ciclistas del siglo pasado con desarrollos bastante más duros que los que ahora podemos montar en nuestras bicicletas (pongamos un 39x21): el Tourmalet "mata" por su continuidad, por su apabullante regularidad. El último tercio de ascenso se va abriendo de forma majestuosa y atravesamos la primera de las galerías, larguísima, y en donde divisamos el grandioso valle por el que ha transcurrido la primera parte de ascenso. Y a partir de ahí el siguiente paso que se nos viene será estación de la Mongie, otro lugar famoso si has mamado el ciclismo de principios de siglo. Sí, fue meta del Tour en dos de esos Tours de Armstrong, los que ahora tienen un asterisco encima. Llegadas que "capaban" la subida al rey de los Pirineos. Pero volviendo a lo que nos ocupa, a nuestro ascenso, el paso por la Mongie no restará dureza, sino que parece que aún se acusa más. Y peor aún en el plano mental... Quien piense que la cima está cerca se llevará un gran chasco, puesto que aún restarán más de cuatro kilómetros en donde sigue sin haber ni el más mínimo atisbo de descanso, de lugar de recuperación. Los últimos kilómetros, aún más impresionantes, con el colosal Pic du Midi (a más de 2800 metros de altitud) de "espectador de lujo"  parecen hacerse más duros: ¿será el viento (muy abierto el puerto en esta parte final)? ¿será la acumulación de cansancio? ¿serán las rampas? Los números (para eso tenéis la altimetría ahí abajo) no dejan dudas: las rampas siguen manteniéndose en torno al 8-9%. Y tras más de 17 kilómetros de ascenso llegamos a la cima del Tourmalet, pura poesia para todos aquellos que somos amantes de los puertos, del ciclismo y del cicloturismo (por aquí nos citamos algunos), uno de esos lugares en donde se detiene el tiempo y luego va hacia atrás, hacia los meses de julio, frente al televisor, viendo pasar a Perico, a Indurain, a Lemond, a Lejarreta, a Fignon, a Bugno, a Ullrich, a Escartín, a Olano, a Pantani, a Virenque, a Armstrong, a Rominger, a Gorospe, a Contador, a Schleck, a Pinot, a...
¡¡¡Viva el Tourmalet!!!

Éste es el perfil de la ascensión:


Y ahora unas imágenes:



La subida, en Google Maps: