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Asalto a la Sierra de la Pandera
Desde Puebla de Sanabria a Lanzahita y, ahora, en Jaén. Un lujo de socio para una ruta muy especial: la del asalto a la sierra de la Pandera.
Optamos por respetar escrupulosamente la dieta, por ello sólo pedimos un bocata de panceta. Podría haber sido peor, claro...
Alcanzamos el cruce hacia la Pandera, esos kilómetros finales que van a dar un prestigio especial a esta ruta. Una auténtica gozada por paisajes, carretera, rampas,... ¡¡¡Un puerto colosal!!!
Tras tantos kilómetros de subida quedaba descender hacia Los Villares para afrontar el pequeño puerto de Jabalcruz y dejarnos caer hacia Jaén.
Y los paisajes siguen siendo sublimes en esta condensada ruta
Desde Jabalcruz ya vemos Jaén y el Castillo, que será la última dificultad montañosa...para mí. Rafa ya la había subido en otra ocasión y no se encuentra en buenas condiciones.
Y como si acabara de empezar, me lanzo por las calles de Jaén en busca de este Castillo de Santa Catalina, el cual se encuentra incluído, también, en el reto CIMA (será el tercero, para mí, ese día) y que me sirve para redondear la ruta llevándola hasta los 2450 metros de desnivel... Subida de unos 5 kilómetros, con una primera parte más bien urbana, en la segunda fase se encuentran las rampas más duras. Las vistas sobre Jaén valen la pena al menos.
Llevábamos mucho tiempo preparando
esta ruta de la Pandera. Puede parecer exagerado pero estamos hablando
de años y nunca encontrábamos el momento adecuado. Las obligaciones
laborales, las familiares, las condiciones meteorológicas,... Y es que
me fiaba de Rafa cuando decía que lo mejor era asaltar la Pandera en
invierno o, como mucho, en primavera. ¿En verano? En verano con esos
35-40º por esas subidas era sumar un factor más de dificultad, uno que
ya había sufrido cuando hace unos años hizo una parte de esta ruta,
pero sin acometer el coloso jienense.
Por ello, al fin el 24 de enero de este 2019 pudimos llevar a cabo nuestro asalto a la sierra de la Pandera, una ruta de tan solo 86 kilómetros, pero con 4 puertos y un desnivel superior a los 2400 metros. Mi primera opción era afrontar la Pandera por los Villares, por donde la Vuelta a España ha ascendido varias veces, y me señala (Rafa) que si bajamos hacia Valdepeñas podremos hacer otro CIMA, el de las Coberteras, además del urbano Castillo de Santa Catalina. Le doy vueltas a la ruta y opto por diseñarla en sentido contrario al inicial, de manera que Coberteras y Pandera quedarán enlazados en unos 45 kilómetros (sumando 1900 metros...), algo que me provoca un continuo brillo en los ojos, una sonrisa amplia, muy amplia. Mi fiebre escaladora va a peor en este 2019, os aviso.
Por ello, al fin el 24 de enero de este 2019 pudimos llevar a cabo nuestro asalto a la sierra de la Pandera, una ruta de tan solo 86 kilómetros, pero con 4 puertos y un desnivel superior a los 2400 metros. Mi primera opción era afrontar la Pandera por los Villares, por donde la Vuelta a España ha ascendido varias veces, y me señala (Rafa) que si bajamos hacia Valdepeñas podremos hacer otro CIMA, el de las Coberteras, además del urbano Castillo de Santa Catalina. Le doy vueltas a la ruta y opto por diseñarla en sentido contrario al inicial, de manera que Coberteras y Pandera quedarán enlazados en unos 45 kilómetros (sumando 1900 metros...), algo que me provoca un continuo brillo en los ojos, una sonrisa amplia, muy amplia. Mi fiebre escaladora va a peor en este 2019, os aviso.
Quedamos
sobre las 7 de la mañana para hacer viaje hasta Jaén y acometer la
ruta, una más con Rafa. Nos conocemos desde hace unos años y hemos
compartido varias rutas increibles y puertos extraordinarios, a los que
se suma nuestra querida Marañosa, esa pequeña ascensión al sur de
Madrid que nos sirve para retorcernos en los duros días del invierno,
una buena excusa cuando hay poco tiempo: ya sabeis, las crías, el
trabajo,... Al menos que nunca nos falte un poco de Marañosa y un café
mientras hablamos de todo un poco.
Desde Puebla de Sanabria a Lanzahita y, ahora, en Jaén. Un lujo de socio para una ruta muy especial: la del asalto a la sierra de la Pandera.
Tomamos, en Jaén, la carretera que se
dirige a Otiñar y Puente de la Sierra, repleta de "toboganes", paisaje
salvaje, escaso tráfico. Al principio el asfalto es más bien aceptable,
aunque el estado de la carretera empeora bastante ya antes del embalse
de Quebrajano. ¿El puerto? El puerto ya ha comenzado, sumando metros y
metros poco a poco, si bien la subida se acentúa una vez alcanzamos la
presa, donde aprovecharemos para hacer una foto. Pero desde ahí la
ascensión se vuelve muy violenta, más abierta, con vistas
impresionantes de la Pandera y el propio embalse.
Más de la una de la tarde cuando
coronamos este alto de las Coberteras, situado a 1250 metros de altitud
(y que nos deja con más de 1000 metros de desnivel acumulado). Optamos
por descender en busca de Valdepeñas de Jaén para comer y afrontar La
Pandera con más garantías (y el estómago más lleno, claro).
La otra vertiente
que conecta con la subida a La Pandera por el sur, mucho más corta que
la que hemos afrontado y con un asfalto algo mejor.
Optamos por respetar escrupulosamente la dieta, por ello sólo pedimos un bocata de panceta. Podría haber sido peor, claro...
Y
arrancamos para afrontar el ascenso que tanto ansiamos: la Pandera.
Esta vertiente, por el sur, se hizo en la Vuelta a España de 2017 y la
acorta sensiblemente: a poco más de 12 kilómetros a una media superior
al 7%. Os recuerdo que los últimos kilómetros, desde el cruce, son
comunes...
Alcanzamos el cruce hacia la Pandera, esos kilómetros finales que van a dar un prestigio especial a esta ruta. Una auténtica gozada por paisajes, carretera, rampas,... ¡¡¡Un puerto colosal!!!
Me
recreo con fotos y más fotos de esta parte final de la Pandera. Rafa
sufre mucho: apenas ha tocado la bici en lo que va de año, pero, como
suelo decir, ese maillot da alas, con ese maillot no está permitido
darse la vuelta. La Sierra de la Pandera cae un 24 de enero nada más y
nada menos, una ascensión que llevábamos muchísimo tiempo con ganas de
afrontar y que ni muchísimo menos nos ha decepcionado. Todo lo
contrario, fue más de lo esperado: ¡¡¡IMPRESIONANTE!!!
Tras tantos kilómetros de subida quedaba descender hacia Los Villares para afrontar el pequeño puerto de Jabalcruz y dejarnos caer hacia Jaén.
Y los paisajes siguen siendo sublimes en esta condensada ruta
Desde Jabalcruz ya vemos Jaén y el Castillo, que será la última dificultad montañosa...para mí. Rafa ya la había subido en otra ocasión y no se encuentra en buenas condiciones.
Y como si acabara de empezar, me lanzo por las calles de Jaén en busca de este Castillo de Santa Catalina, el cual se encuentra incluído, también, en el reto CIMA (será el tercero, para mí, ese día) y que me sirve para redondear la ruta llevándola hasta los 2450 metros de desnivel... Subida de unos 5 kilómetros, con una primera parte más bien urbana, en la segunda fase se encuentran las rampas más duras. Las vistas sobre Jaén valen la pena al menos.
Un placer de ruta con una excelente
compañía, puertos extraordinarios, paisajes sobresalientes, vistas
increibles y un bocata de los que opta al TOP-10. Todo un día redondo
en la Sierra de la Pandera.