Llegando a Serre Chevalier



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En el verano de 1993 en Pola la calle principal era aún de doble sentido, no habían llegado las televisiones privadas (y no se pudo ver la victoria de Indurain en el Giro, salvo en pueblos cercanos, aquellos que accedían a la señal de éstas por el emisor situado  en el Gamoniteiru), no había piscina climatizada y cuando alcanzabas la carretera de la Cobertoria te sumergías en un tupido bosque del que no se sabe cuando saldrías. En el verano de 1993 aún no había autopista a Mieres (estaban en obras), el patio del colegio Jesús Neira (que era aún Vital Aza) no existía y cuando llovía teníamos que jugar a fútbol en las cubiertas del colegio...o mojarnos. En el verano de 1993 mi padre trabajaba en la mina, los padres de muchos de mis amigos trabajaban en la mina, no existía el Club Ciclista Puerta de Asturias, ni La Voz de Lena, ni había internet, ni en las librerías vendían Sport o Mundo Deportivo. En el verano de 1993 Roberto y yo hicimos muchos kilómetros en bicicleta, él en una BTT y yo en una bici de carretera que me habían  comprado el año anterior. En el verano de 1993 fuimos a Cuevas, a la Faya (que luego llamaríamos la Mozqueta) y organizamos nuestra primera ruta al Naranco, el gran puerto en el que Tony Rominger, del CLAS, el equipo de Asturias, había ganado la etapa más mítica que vimos nunca, bajo la lluvia, en solitario, y tras bajar de forma suicida la Cobertoria con Iñaki Gastón.
Pero en el verano de 1993 estábamos pendientes del Tour, porque Indurain, Miguel Indurain, afrontaba el reto ser el primer ciclista español en ganar tres Tours (y consecutivos) y, de nuevo, tras vencer el Giro de Italia, como el año anterior...
Un Tour clásico, con un prólogo (que ganó Indurain), una primera semana con varias etapas llanas y  una crono por equipos, luego la primera crono individual larga (en Lac de Madine) y, después, la montaña: primero Alpes y luego Pirineos. Para concluir, otra crono larga.

La primera etapa de montaña, de alta montaña, unía las localidades de Villard de Lans y Serre Chevalier. En el verano de 1993 en Pola había un local nocturno, un club, un puticlub, que se llamaba...Chevalier. Casualidades de la vida.




La etapa tiene muchas similitudes con la que se afronta en el Tour 2017, pasando Glandon (este año se sube, tras coronar éste, hasta Croix de Fer) y, luego, Telegraphe-Galibier, para culminar en Serre Chevalier, tras descenso.


El ritmo es endiablado durante todo el día y el destrozo cuando se llega a la misma base del Galibier es importante. Una carrera ya muy anárquica, sin gregarios apenas (Indurain llega con Delgado, pero el resto de jefes de filas no tiene ayudantes). Por la cima del gran puerto del día coronarán ya en solitario Indurain, Rominger y Mejía, el corredor del Motorola, equipo, en aquellos tiempos, de un joven que despuntaba: Lance Armstrong.

FOTO: RTVE




El ganador de los dos últimos Tours y los dos últimos
Giros se lanza en compañía del vencedor de las dos últimas Vueltas a España en un descenso casi suicida, adelantando a las motos, con velocidades superiores a los 90 kilómetros por hora, ampliando la renta que habían obtenido en la cima del puerto. Cuando llegan a la meta situada de Serre Chevalier Indurain no entrará en la lucha por la etapa, venciendo el suizo por delante de Álvaro Mejía.


FOTO: RTVE


Rominger, que había sido prematuramente descartado tras una mala crono por equipos del CLAS, subía muchos puestos en la General y ya se atisbaba que sería el gran rival...



En este Tour 2017 la etapa de Serre Chevalier se va a los 5200 metros de desnivel y cuenta con cuatro puertos de montaña: Ornon, Croix de Fer, Telegraphe y Galibier. Todo ello en 183 kilómetros...





En el verano de 1993 vi por primera vez el Galibier en televisión, aquella montaña imponente que Perico siempre dice que ha sido el puerto más duro al que se ha enfrentado como ciclista. Por aquel entonces comentaban Pedro González y  Ramón Pizarro. Delgado estaba dándole a los pedales y venía de una Vuelta un tanto decepcionante, pues nunca llegó a tener opciones. En el Tour, sin embargo, en su último Tour, mantuvo el tipo y un bonito duelo con Robert Millar en pleno Galibier. Un duelo de antiguos rockeros de los 80, en pleno dominio de dos ciclistas prácticamente perfectos en todos los terrenos: Tony Rominger y Miguel Indurain.