LA RUTA MÁS BELLA JAMÁS CONTADA



"...desciende y cuéntalo a los mortales."

Son más de las siete de la tarde del quince de junio del año 2013. Llevo un montón de horas perdido por las montañas, por mis puertos favoritos, casi siempre en solitario, disfrutando de mi día, al fin, de mi ruta, de lo que más me gusta hacer, de lo que llevo haciendo desde que hace un montón de años aprendí a montar en bicicleta. Bendito día, y lo que me costó. ¡Hasta los diez años! ¡Menos mal! -dirá mi madre-. He llorado cuando la niebla cerrada empezó a abrirse y veía a lo lejos la trazada de esa carretera única que es la que conduce a las antenas del Pico Gamoniteiru, el coloso de colosos, el puerto más bello que existe, el mejor puerto del mundo, la ascensión que tiene que entrar sí o sí en la Vuelta algún día. Picaré aún más fuerte en la puerta de la casa de Javier Guillén para que me haga, para que nos haga, caso, de una  vez, y lo incluya en nuestra Vuelta a España.
Desde las ocho de la mañana pedaleando... Curioso, sólo 24 horas antes me estaba acostando, porque esta bendita afición te hace sacar fuerzas de donde casi no hay, te hace esforzarte,  y superar todo. Valió la pena dormir apenas nada, conducir durante horas, aguantar un calor intenso, y a la vez saborear 450 kilómetros con mis dos princesas a mi lado, y mi reina en el portabicis.
Ya está todo preparado. Pola de Lena, ocho de la mañana del 15 de junio de 2013. Esa fecha que he marcado desde hace tiempo para hacer la ruta más genuina de esta web, la ruta que más se identifica con mi manera de sentir el cicloturismo: subir, subir y subir. En el kilómetro 134 llevaré 5000 metros de desnivel; en el kilómetro 51, tres puertos colosales y 2455 metros.




El perfil lo tienes arriba. Los datos de los puertos ascendidos, aquí abajo:



Me hubiera gustado compartir esta ruta, todas las pedaladas, o al menos unas pocas, con Estrada, o con David, o con Sergio, o con PontediLegno, o con Vegetal, o con Motoretta, o con JaviAvilés, o con Huerna, o con Jaime, o con Berto, o con Bermiego, o con Teibol, o con muchos otros... (la lista es muy amplia) Pero no fue posible. Por unas razones u otras, nadie pudo acompañarme. Pero ya pedalearemos juntos en otra ocasión. Las carreteras y los puertos siguen estando ahí, y habrá más días, seguro.
¿Me olvido de alguien? No. Me hubiera encantado que estuviera ese colega de rutas que el año pasado hizo esa barbaridad de más de 5000 metros conmigo. Uno de esos personajes que nunca se esconden, que dan la cara, pero no da voces.  Si esta puta crisis no nos hubiera puesto un océano de por medio, estoy seguro que hubieras visto la ruta más bella que hemos imaginado, que este año pondrías tu "techo" de desnivel en los 7000 metros y que el año que viene nos "tomaríamos un Everest" a nuestra salud, como tantas otras noches hemos degustado cervezas hasta que nos echaban de los bares. A ti nunca te vi los ojos de miedo ante un reto como ese, como vi a otros más "ilustres". Tenemos vida por delante, y horas de luz nunca faltan.



¡Vamos allá!


El día no parece bueno, pero...


Miedo escénico


Cobertoria, colorida

Cuando salgo de Pola de Lena, a las 8 y diez, porque soy impuntual incluso para mí mismo (qué le vamos a hacer), salgo a "comerme" la Cobertoria y parece que he vuelto al pasado, a ese en el que subía hasta 30 veces al año este puerto y ascendía a más de 1000 metros de desnivel por hora. ¿Para qué poner datos? Para convencerme de que estar todo el año en un carril-bici con un "puerto" que tiene un coeficiente APM de 11 y una pendiente media del 2%, sirve para algo. Bueno, hay que disfrutar y sacar lo mejor de todo lo que te rodea... La Cobertoria por Lena vuelve a "caer" en menos de una hora, lo que me da moral ante el reto propuesto.
El descenso es bastante frío, con niebla, aunque sin lluvia. Pero, sobre todo, es breve y Trobaniello se echa encima. Trobaniello, otra vez, con Cobertoria delante. Trobaniello, que me evoca siempre una frase: "en el kilómetro 35 de la ruta, 2000 metros de desnivel". Hace unos días os colgué aquí un reportaje de encadenados terribles y ahora aquí estoy, retorciéndome por el "sterrato" de esta ascensión sin igual.



La niebla impide ver la pista de Trobaniello


Y aquí arranca Trobaniello...


Concentrado


Esto es Ricabo


"¿Pero donde vas con esa bici?"


La primera parte de sterrato parece un túnel


Y vamos a por el durísimo tramo intermedio


Duro no, lo siguiente


Y la niebla que cada vez era más cerrada

Si me preguntan por los tres puertos más bellos que conozco, no tengo dudas: Gamoniteiru, Cubilla y Trobaniello. Será de tierra, pero es perfectamente transitable con bici de carretera, como os he demostrado en las rutas mostradas aquí en los últimos años.
El día sigue sin mejorar en lo meteorológico y la niebla lo tapa todo. Ya he pasado esa recta durísima que ronda el 20%, en asfalto, cuando poco a poco la niebla se va disipando. La última parte, bellísima, y con el cielo azul, me emociona por primera vez. Iba a tener recompensa, al fin. En esa última parte me recreo con la cámara. Vale la pena fotografíar el "mar de nubes" del que soy testigo.


Poco a poco despeja y...


La carretera del puerto Ventana, con Páramo en el centro.


La capilla de Trobaniello


Tras elevarme por encima de las nubes, en Trobaniello


La última parte de la ascensión


Y ahora camino del puerto Ventana, que se ve al fondo.

Y el espectáculo continúa cuando desciendo Ventana y las Ubiñas se ven en todo su esplendor. Durante este tramo central de la ruta brilla el sol y las vistas son inmejorables, pero viene la tercera del día, la que había descendido en dos ocasiones con "flaca" (la locura no tiene cura): Farrapona por Torrestío. Un puerto corto, pero muy duro, sobre todo cuando ruedo sobre tierra...


Salgo al asfalto, pero será por poco tiempo.


Deleitándose con las Ubiñas


Torrestío, en plena subida a la Farrapona sur.


La pista hacia la Farrapona, algo peor que Trobaniello, pero más corta.


Impresionante también esta vertiente


Ya se divisa el final del puerto


Es el tercero del día, en el kilómetro 51, con 2455 metros

Farrapona por el sur es sublime también, con el fondo de las Ubiñas, y una pista que se dibuja entre rocas, en un peor estado que la de Trobaniello. Pero tenía claro que no iba a echar pie a tierra bajo ningún concepto...

Cuando llego a la cima del puerto, en el límite entre Asturias y León, sólo llevo 51 kilómetros, pero con 2455 metros acumulados, y tres ascensiones de órdago.



Esto es Somiedo

El descenso me permite recuperar las piernas, puesto que el dolor ha llegado a ser intenso durante la parte final de la ascensión. Casi equilibrismo, por la gran cantidad de piedras sueltas y la tierra que se hundía en exceso (por la humedad, seguramente), tuve que hacer en los  dos últimos kilómetros.
Y llego a La Riera, donde había acordado encontrarme con mi hermano (que viene en moto), pero un fallo de comunicaciones (mala cobertura) hace que pospongamos la comida para el otro valle: el de Teverga. Por lo que casi con la reserva encendida afronto el durísimo San Lorenzo...



Toca el durísimo San Lorenzo


Mucho calor al principio


El tramo intermedio es increible, pero sorprendentemente voy a más...


El cuarto del día para ti, cuerva


Descenso hacia Teverga, hacia la comida, al fin

Pero de forma extraña, a medida que avanza la subida, me voy encontrando cada vez  mejor y logro coronarlo también en menos de una hora, como la Cobertoria, pero con más de 3000 metros acumulados ya, lo que me da más moral para la última parte, el terrible Gamoniteiru...

Hay un elemento que, sin embargo, comienza a fallar: la meteorología varía de un valle a otro, y aquí en Teverga vuelve a estar nublado y más bien fresquito. Parece que mis ilusiones de ver un Gamoniteiru deslumbrante para cerrar esta colosal ruta, se van a ir al traste...
Una comida contundente, un momento de tranquilidad, de sosiego, para hablar y recargar energías antes del final.



Mi hermano me acompaña a comer, a reponerse


Ya corro en busca de los "infiernos", del punto más bajo del día


Dirección La Pola, previo paso por Gamoniteiru...

Descenso hasta los "infiernos", al punto más bajo de toda la ruta (unos 250 metros de altitud, en Caranga), para comenzar, desde ahí, aunque de manera leve, el Gamoniteiru, que será el punto más alto del día, 28 kilómetros después, 1500 metros más arriba.
Un primer tercio, hasta Bárzana, relativamente suave, aunque de desgaste. Desde Teverga he venido rápido y cuando llego a la capital quirosana estoy completamente deshidratado. Coca-cola y Aquarius de un tirón, y arranco en pos de la Cobertoria...



Cada vez más oscuro, más nublado


El embalse de Valdemurio


En la Cobertoria parece que no mejora la situación


Los últimos metros, completamente cubiertos

En muchas ocasiones las rutas finalizaban con este puerto, coronando y descendiendo a Pola, pero en esta ocasión me he propuesto más. Quiero llegar al Gamoniteiru, al coloso de colosos, pero, francamente, pinta mal, pues la niebla impide la visión en la última parte.
En el desvío al Gamoniteiru las piernas me piden bajar ya a Pola (más de 4300 metros están bien). La niebla, el frío, tampoco aconsejan seguir hacia arriba, pero hay algo en el interior que me lo exige...


En otras muchas ocasiones aquí finalizaban las subidas, pero esta vez no, había que llegar al coloso de colosos



Dos imágenes que reflejan el estado de la Cobertoria a esas horas.
Con pocas esperanzas de mejora me adentro en la parte final del Gamoniteiru


Durante dos largos kilómetros, las vacas son testigos de como me "arrastro" carretera arriba. A una velocidad ínfima, entre la niebla, voy calculando cuando me queda de sufrimiento. Conozco el puerto a la perfección, pero cuando vas mal, ni siquiera eso te salva...
Hasta que a 4 kilómetros para llegar a la cima, surge el sol, me pongo a llorar de la emoción y encuentro la respuesta a tanto sufrimiento. En esta quinta ascensión del día, con solo 134 kilómetros y 5000 metros de desnivel, Asturias bajo las nubes y yo allí arriba contemplando esa imagen única, imborrable. Los dioses no habían fallado y ahora ya podía descender a contarlo al resto de los mortales...



A cuatro kilómetros de la cima comienza a haber más claridad


Y los dioses que me tenían reservado este final de fiesta



Era imposible finalizar en un lugar mejor esta ruta.
Es imposible finalizar de mejor manera que ésta.



No hay otro sitio igual que éste. Gamoniteiru es único


134 kilómetros, 5000 metros, 5 puertos.
A mí sólo me gusta subir. El resto no me importa nada.













"Tras ver esto, ahora ya me puedo morir"


Desciendo a la tierra, tras estar en los cielos


Mi padre me dijo si me aburría al ir solo.
Tal vez todo haya sido un sueño, porque tanta belleza parece imposible..
.