De sol a sol, 7000 metros...



Tenía una cuenta pendiente... No, tenía varias cuentas pendientes. Una, de hace dos años, de aquel intento de Everest (para mí). Otra, del "Everest diurno" con Eugenio, uno de esos paisanos con los que he rodado un montón de veces. Hace unos años no pude estar en su reto, pero esta vez hice todo lo posible por estar, por participar, por motivarme y por sacarlo adelante. Lo principal era aprovechar las horas de luz, aunque saliéramos aún de noche (aunque no tanto como otras veces), pero a punto de amanecer: puertos grandes, buen asfalto (nada de sterrato).
Así, nos citamos el 1 de julio en Pola de Lena, a las 6 de la mañana para realizar una gran ruta, una rutaza de esas que enmarcaré en mi "sala de trofeos"... 1 de julio de 2017, otra fecha a recordar junto a la del 8 de septiembre de 2010, la del 18 de junio de 2011, el 22 de junio de 2012, la del 15 de junio de 2013... No hay medallas, sólo grandes momentos que se te quedan grabados en la memoria para siempre, unas veces en solitario, otras en inmejorable compañía. Así es el cicloturismo que me gusta.



El plan era meter Cobertoria de principio e irnos a por "el pack Somiedo", donde acumularíamos muchos metros, con grandes puertos, de los mejores de Asturias: Farrapona, Somiedo, San Lorenzo...
La ruta finalmente realizada (por Luís  y por mí) se quedó así, aunque Eugenio le dio "un plus" de casi 1000 metros, quedándose a poco de esa barrera "mágica" de los 8000 metros.



Pincha en la imagen para ver la actividad en Strava (por supuesto, el desnivel que marca la aplicación no se corresponde con la realidad. Por altímetro barométrico, 7000 metros, no 8400)

Partimos a las 6:20 de la mañana, tras cargar comida y bebida en el coche de Fran, que esta vez ha decidido ir "de apoyo" durante la ruta, en lugar de darle al pedal. Será fundamental, no sólo por la comida y bebida que nos minimizará las paradas, sino también por la ropa, que hay que ir quitando y poniendo continuamente debido al frío de la mañana (en algunos puntos incluso con orbayu) y de los primeros altos (hasta Somiedo al menos), combinado con el calor reinante en Farrapona y San Lorenzo por la Riera. Si a ello sumamos el papel de fotógrafo (y que fotazas), no se puede pedir más, aunque yo hubiera preferido que hubiéramos compartido la ruta en bici (habrá más días).



Durante el ascenso a la Cobertoria irá amaneciendo completamente (se resistía por el día nublado), metiendo los primeros 850 y pico metros. Eugenio nos apura en la cima, está mentalizado como nunca jamás lo había visto, y la foto en el cartel es "a la carrera".



Vendrán ahora unos cuantos kilómetros que nos añaden poco desnivel y sí bastante frío. Me empieza a dar "algo de guerra" el altímetro (teme a la lluvia más que un madrileño), aunque tras pasar el túnel de Valdemurio (junto al embalse) deja de llover.



San Lorenzo por Teverga será el siguiente "coco" del día. Puerto largo, con dureza progresiva (lo peor en los dos últimos kilómetros), y que se ve añadido a los 10 kilómetros anteriores desde Caranga, que ya van sumando.


Carretera mojada, todavía bastante frío y 2000 metros acumulados en la cima. Este enlazado lo he hecho tantísimas veces que no me hace falta altímetro. La siguiente cuenta será ya en el otro valle, con otros 1000 metros que aporta el puerto de Somiedo. En San Lorenzo Eugenio regula y no para por la cima. Quiere minimizar las paradas al máximo y seguir sumando, sin prisa pero sin pausa, de ahí que la foto de la cima nos deje a Luís y a mí sin su compañía.


Bajada complicada, también mojada, fría y que nos deja al inicio del tercero del día: Somiedo, una de las ascensiones más bellas de Asturias. A repechos hasta Pola de Somiedo, luego ya más continua.



Mediada la ascensión alcanzamos a Eugenio y subiremos el puerto juntos (creo que fue la segunda y última que realizaremos así durante la ruta). Comienza a despejar y las estampas son de impresión. Es lo que tiene pedalear por una de las mejores zonas de Europa para practicar el cicloturismo. Hay puertos con muy buena publicidad, marchas en las que puedes lucir las pegatinas de tu bici, pero el "caviar" se encuentra en rincones como éstos, en días como éstos.



El pueblo de La Peral será conquistado por Eugenio tras coronar Somiedo. Quería meter más metros... La subida es preciosa, aunque cortita, y merece una visita en otra ocasión, con más tiempo, cuando estemos a otras labores (altimetreras).



Somiedo es el tercero del día, y llevamos ya 3000 metros de desnivel. Los cielos tienen mejor pinta, si bien hace un frío "de la ostia" arriba. Sólo 12 kilómetros de descenso nos dejarán al pie de la siguiente subida, que no es otra que Valle de Lago (para acumular otros 500 metros).



En Valle de Lago no habrá foto, sólo comida, el bocata que nos hace falta para recargar energías. Un momento de parón que a Eugenio no le sentará bien en la siguiente ascensión: Farrapona.



En Farrapona la meteorología ha mejorada ya muchísimo, con temperaturas más altas. El puerto, largo, larguísimo, nos permitirá alcanzar los 4600 metros de desnivel (y largos), y cada uno lo subimos por nuestra cuenta. Es una subida pajarera que llevaba 5 años sin ascender (joder, como pasa el tiempo), una verdadera pena, pues me encanta. Lo voy a dejar aquí escrito: para mí el mejor final que se puede hacer, hoy por hoy, en Asturias, combinado con Cobertoria y San Lorenzo. Los tres, en 85 kilómetros, dan para 3300 metros de desnivel y subidas de esas que no tienen nada que envidiar a otros colosos europeos. Buena carretera en los tres, además, paisajes impresionantes,...



Volvemos a hacernos la foto sin Eugenio, que ha decidido dar la vuelta tras coronar, no hacer una mínima parada. Cada organismo es un mundo y lo demostrará con creces en el siguiente puerto: el terrible San Lorenzo por la Riera.



Cuando "chocamos" con el muro que hay en La Riera, y que indica el puerto de San Lorenzo a 10 kilómetros, Eugenio ya ha puesto "la reductora" y somos incapaces de adivinar su rastro. Sólo las referencias de Fran nos dan pistas... Eugenio no parará por la cima y se lanza en busca de Ventana, mientras yo echo cuentas de si es conveniente cambiarlo por otras subidas ya más cercanas a nuestra salida, a Quirós.



Nos hacemos nuevamente foto en la cima del puerto, en San Lorenzo, con Fran, que ya lleva una buena paliza a esas horas...



Luis y un servidor, sin haber podido contactar con Eugenio (que se ha ido a Ventana), ascendemos hasta Páramo a ritmo suave. Llegará el momento relax del día que nos alejará de los parámetros que alcanzará Eugenio y de un posible "Everest". Pero también son necesarios estos momentos. Distensión, relajación, que permitan coger fuerzas y pensar y meditar y...tomar una cerveza con más de 20 grados en una terraza de Teverga.




Así, mientras Eugenio corona el puerto Ventana y coloca el desnivel acumulado en unos descomunales 6800-7000 metros, nosotros disfrutamos de una cervecita (jjjj)...



Habíamos decidido ir haciendo camino en busca de Bárzana y el alto de la Cobertoria, porque la luz se iba poco a poco. Pero Eugenio nos alcanza ya en Caranga y comenzamos el último del día, Cobertoria, juntos.


Y Cobertoria lo ascenderemos así, con sol y una temperatura inmejorable. Sensación de tener fuerzas todavía y de estar pasando un día grandioso sobre la bicicleta.



"Pedaleaban en busca de la eternidad...". Así coronamos Cobertoria, a las diez menos cuarto de la noche del primero de julio de 2017. ¿A cuántas medallas equivale este momento? Incontables. Mientras en el cicloturismo tenéis ahí estos puertos y siempre hay tiempo para planear y hacer cosas así, o un poco más suaves o un poco más duras...



Llega Eugenio, y me alegro de ser parte del día en que alcanzó una ruta gigantesca de casi 8000 metros. La foto en la cima de la Cobertoria, otra vez más, supo a gloria. Llegábamos de día a nuestra Pola y ahora ya sólo faltaba contarnos, reirnos, recriminarnos de malas maneras los ataques y pesetazos durante todo el día, mientras regábamos con cervezas unos enormes bocatas.

Un placer haber compartido con estos tres caballeros (Luís, Eugenio y Fran) este día, esta descomunal ruta.

¡Nos vemos en los puertos!

FOTOS: Francisco Díaz, y propias