-orgullo del cicloturismo-
"Lo importante no es tener una idea, sino mantenerla hasta el final". Cuando hace cuatro años se me pasó por la cabeza esto, sólo pude convencer a unos pocos para ir conmigo. La Borrachera trata de imitar las grandes etapas de montaña del Giro y del Tour para decir: "eh, que aquí también hay puertazos, no sólo finales". Aquí también se pueden hacer recorridos escalofriantes, etapas de ensueño. El año pasado, por mi terquedad, por mis horarios laborales y un sinfín de circunstancias, la hice en solitario, incluyendo dos puertos de tierra. Este año mantuve la filosofía, pero con asfalto. Se cambió la fecha para abril y conseguimos que fuera la mejor...
No puedo estar más orgulloso. Lograr que vengais tantos a hacer una ruta de este tipo, en abril y pasarlo de esta manera...
La hora de inicio era a las 8 de la mañana, pero logro llegar tarde (8:15), como siempre. Partimos unos 16-17 de Pola de Lena. Está PontediLegno, Obús, Estrada, Valo, Bermiego, además de un chico que viene con una mochila enorme, con playeros, con una bici que hace tiempo que no ve un taller... Habíamos hablado por twitter durante la semana y se animó a venir dos días antes. Había ascendido ya este año Cobertoria y Cruz de Linares en el mismo día. Hasta la Borrachera era "doviedo45", pero desde entonces es "el chaval de la mochila" (jeje). Ignacio se llama y protagonizará la primera parte de la ruta.
Salimos rápido, quizá demasiado. Obús ya me había comentado que hay que salir tranquilos. Parece que no, pero ya somos "perros viejos", sabemos donde nos metemos. Una ruta de este tipo requiere calma, paciencia, saber regular, comer y beber sin parar. El grupo se fractura en demasía, pero se reunifica en la cima, donde hacemos la foto. Jaime, que había hecho la Cobertoria en coche, se unos une en Bárzana, ya en bici. El pelotón aumenta, pero vuelve a fracturarse, y en Teverga, donde el café es imperdonable, volvemos a separarnos.
Ignacio duda, dice que nos ralentiza la marcha, pero que quiere continuar. Con un café y algo de comida todo se ve de otra manera, con lo que asciende San Lorenzo y decide dar la vuelta en la cima. Le había comentado que una ruta con Cobertoria-San Lorenzo no la hace cualquiera. El año que viene espero que vengas otra vez y la acabes sin problema. Tienes tiempo para rutear y aprender poco a poco.
Al igual que en la Cobertoria, el descenso de San Lorenzo es bastante frío, aunque rápido. Sé que a partir de ahí la ruta va a cambiar. En Teverga se nos han unido Huerna y Teibol, y varios más (pero como el grupo ya va tan roto, no logro saber quien jijijij). Huerna me dice que hay mejor tiempo en la otra parte, en Babia, y, además, en pleno ascenso a Somiedo empieza a mejorar, despeja en parte, y aumenta la temperatura. Esos 20 kilómetros del puerto, sin las rampas de Cobertoria o San Lorenzo, pero con el desgaste de ambos, pasan factura a todos y la carretera se convierte en un "reguero de cadáveres" donde vamos subiendo como buenamente podemos.
Volvemos a reunificarnos en Piedrafita de Babia, donde paramos a comer. Pero al poco tiempo, en pleno bocata, vuelve a romperse el grupo, ya que los hay con "el horario pelao".
El tramo posterior, hasta San Emiliano, permite relajar algo las piernas, pues no tiene prácticamente subidas, pero el viento hace de las suyas y sopla lateralmente. Entramos en San Emiliano, donde nos deja Huerna. ¡Qué rápido pasa lo bueno! Espero que volvamos a compartir ruta muy pronto... Y allí en San Emiliano hago una propuesta que tiene un gran éxito: ¿y si nos vamos a por la Cubilla? Hay sólo cinco kilómetros de tierra, de los nueve de ascenso. Desde la cima sólo habría bajada. Mi propuesta es tan jaleada que no oigo ninguna voz y todos pedalean Ventana arriba. Tenía que intentarlo, ya que el sterrato me tira mucho.
Ventana se vuelve agónico puesto que el viento de cara es fortísimo. El grupo, lo que queda de él, se rompe y, como en Somiedo, subimos como podemos. Da igual... Aún se disfruta más el paisaje puesto que la climatología acompaña. Las fotos salen preciosas con las Ubiñas de fondo.
Pero
entramos en Asturias y vuelven las nubes. Tras un fulgurante descenso
de Ventana paramos nuevamente en San Martín de Teverga, donde, al fin,
puedo charlar con Enrique. Nos da ánimos para seguir, para rematar el
rutón. Muchos allí no habían afrontado una ruta de ese tipo, con tantos
kilómetros, puertos y dureza. Pensar que aún queda la Cobertoria, por
su vertiente más conocida, la de la Vuelta, mermaría la moral de
cualquiera, pero no de los que vinieron. Rubén, Valo, Pablo, son
acompañados por el Obús, magnífico director de orquesta, magnífico jefe
de operaciones. Con Estrada y conmigo va Fran, que pone su listón de
desnivel muy alto. "Es increible lo que uno es capaz de hacer", me
suelta. En plena Cobertoria, pletóricos.
Volvemos a unirnos en la cima de la Cobertoria para hacer la foto definitiva del día, tras 5 puertos enormes y 4500 metros de desnivel. Ver a Rubén llegar entre aplausos a la cima fue lo mejor del día. Hacía frío y lo más aconsejable era bajar, pero el cicloturismo que practicamos nos obligaba a eso: a un compañero nunca se le deja tirado. La Borrachera es un orgullo para el cicloturismo, no es un negocio, sólo es bicicleta, puertos y muchas dosis de compañerismo y buen rollo.
La Borrachera es vuestra, de todos los que la habéis disfrutado. El año que viene, más: