Conquistando el Finestre abulense

Y no estaba mal lo planeado. Una ruta con la vertiente del puerto del Piélago que pasa por Castillo de Bayuela, añadiendo el ascenso a Casillas hasta donde acaba el asfalto. No, no estaba mal, y más si tenemos en cuenta que el desnivel se nos iba a unos 2400 metros. Así que el miércoles nos juntamos en San Martín de Valdeiglesias en el lugar habitual de partida de las rutas en ese lugar.

Pinchando en la imagen puedes acceder a la ruta en Strava

Ya al principio había una pequeña ascensión en la que, broma por aquí, argumentos por allá, ponemos un ritmo que es el habitual en los últimos tiempos. Quién me lo iba a decir: subiendo a plato pendientes del 7 y el 8% (a veces incluso más). Y me noto cómodo, como hace unos años, con una V.A.M. que ronda, casi siempre, los 1000 m/h.



Cuando alcanzamos Escalona, en torno al kilómetro, consensuamos una parada para el café. Y allí nos damos cuenta, Jorge y yo, que Jose se ha dado la vuelta... Espero que para la próxima nos acompañe toda la ruta. Hasta el momento nunca nos hemos comido a nadie. Desde aquí animarle para venirse a una ruta, pero entera.



En Escalona dejaremos la carretera nacional para sumergirnos en "el Toledo profundo", pasando por el pueblo de Garciotum, en el que nos sorprende esta escultura que podeis ver arriba. Había que parar...



Poco más adelante alcanzamos el cruce donde arranca la ascensión al puerto del Piélago por Castillo de Bayuela. Es una buena ocasión para incluirlo en la web, con lo que voy anotando y haciendo fotos de la subida. Es dura, bastante dura, esta vertiente, quizá la que más de todas las que he ascendido (y llevo varias). Por delante se van Juan, Miguel y Jorge, pero no importa. Mi objetivo es saborear este puertazo para, más adelante, haceros un pequeño retrato aquí.



El paso por El Real de San Vicente es quizá la parte más dura del puerto. Ya lo conocía de un paso anterior, allá por el año 2012, con el bueno de Danich, en una ruta salvaje con Piélago, Mijares y Serranillos. Batallas y más batallas...



Me esperan los tres compañeros en la cima, donde nos hacemos la foto de rigor en el cartel. El Piélago por esta vertiente, es todo un "primera", con zonas duras, buenas vistas (como veis en las imágenes) y enlaza de lujo con algunos "gigantes de Gredos" como Mijares o Pedro Bernardo.



Bajada hacia Navamorcuende, donde hacemos nuestra clásica parada para comer el bocata. Hay que reponer energías porque la jornada es dura, aunque más de lo previsto...



Nos dirigimos ahora a La Adrada, para continuar a Sotillo de la Adrada. Esta fase de la ruta se desarrolla en Ávila, en pleno valle del Tiétar, donde reinan Mijares, Serranillos, Pedro Bernardo y, también, una ascensión algo más desconocida, pero no por ello, menos dura: Casillas. Esta ascensión, como voy comentando a mis colegas de ruta, está asfaltada por el sur, hasta el kilómetro 8,2 y cuenta ya ahi con unos números muy respetables. Sin embargo el puerto, ya en forma de pista de tierra, continúa hasta los 1467 metros de altitud. Serían unos 2-3 kilómetros, sigo relatando. Pero está mal la pista, que ya había intentado asaltar con flaca hace unos años.



El tramo asfaltado hace daño, y mucho, al grupo. A las durísimas pendientes (hasta un 17%) se suma el calor, el desgaste (más de 100 kilómetros) y el desnivel acumulado (próximo a los 2000 metros). El grupo se rompe y subimos, de uno en uno, hasta la zona donde acaba el asfalto, donde contábamos con reagruparnos para dar la vuelta y regresar a San Martín...



Jorge, que esta vez va más tocado de lo habitual, llega a nuestra altura, pero continúa. En broma le suelto que "los asturianos, por aquí" (hacia arriba). Ni mira,  y continúa pedaleando en busca del puerto... Pasan los minutos, pero no da la vuelta, con lo que opto por ir a buscarlo, mientras Juan y Luis esperan...



Me adentro en uno de esos puertos que tenía ganas de catar desde hacia tiempo. Sin embargo el estado de la pista no me generaba excesiva confianza. Mucha piedra suelta, zanjas, sumado a las pendientes, exageradas en algunas zonas.



Hasta que logro alcanzar a Jorge, quien no dudaba que subiría. Ya ha avisado a nuestros compañeros que vamos a coronar el puerto de Casillas, por tierra, con dos... Sí, así se escribe la historia: si quieres algo has de ir a por ello, no puedes esperar a que te lo sirvan en bandeja.



Cuando, finalmente, alcanzamos la cima del puerto, nos quedamos embobados con el paisaje. El esfuerzo valía la pena, Casillas es un puerto tremendo, muy duro, pero agradable para la vista. A nuestros pies el embalse del Burguillo, a lo lejos la sierra de la Paramera.



Las fuertes pendientes, el estado de la pista, nos hacen descender, durante buena parte del trayecto, andando, añadiendo un esfuerzo extra del que tardo en recuperar (y así os escribo).



Cuando finalmente salimos a la zona asfaltada, ésta no está mucho mejor, y cuenta con abundantes socavones o zonas descarnadas completamente (como en la foto de arriba).



Hasta que, finalmente, llegamos a la altura del embalse y la carretera mejora notablemente. Ya sólo nos queda llegar, primero, a El Tiemblo, y definitivamente, a San Martín de Valdeiglesias.



Tras 149 kilómetros y más de 2800 metros de desnivel, con sólo dos puertos (pero qué puertos...), llegamos a San Martín de Valdeiglesias. El rutón realizado, sin planificar en esa segunda parte, nos deja rotos, pero satisfechos. Así se escribe el cicloturismo de locura por los puertos: cualquier día es adecuado para rutear...