Nos adentramos en Barredos para tomar la carretera que va a Bimenes por el alto de la Falla de los Lobos, conocida y utilizada en múltiples ocasiones por las distintas competiciones ciclistas, con la Vuelta a España a la cabeza. Pero en esta ocasión vamos a dejar de lado el tradicional paso montañoso para desviarnos, a la altura de San Pedro de Tiraña (cuando llevamos en torno a un kilómetro desde Barredos) hacia L'Ordaliegu y el "área recreativa". No habrá más indicativos de qué área se trata y, como aquí nos pica la curiosidad, nos adentramos en una de las ascensiones más bellas de la cuenca del Nalón. Pasen y vean.

El primer kilómetro, en realidad, los primeros 850 metros, son suaves, con pendientes que rara vez alcanzan el 3%. A lo lejos, la bellísima mole de Peña Mayor, por donde soñamos que discurrirá esta ascensión.  Pero llegamos a Lloro (donde se encuentra en desvío hacia Gamonal) y la decoración variará de forma total y absoluta. Asfalto impecable, carretera estrecha, rampas por encima del 10%, buenas vistas, tranquilidad. Todo lo que un cicloturista de la alta montaña pide a una ascensión. Durante 4 kilómetros el único respiro se encontrará en Paniceres, aunque una completa trampa, pues será el "trampolín" que nos impulse a rampones al 16, al 17%,...  A la altura del kilómetro 4,5 (desde San Pedro) tomamos el desvío al área recreativa, dejando de frente la carretera que viene de L'Ordaliegu (otra variante para llegar al pueblo de Gamonal, aunque más larga y, por tanto, con menor pendiente media).

No hay tregua. Más rampones. Más herraduras. La ascensión es de categoría, y se adentra en la arboleda para no dejarnos ver la sorpresa que se esconde tras la siguiente curva. Cuando vemos el pueblo de Gamonal pensamos que esto se suaviza... Nada más lejos de la realidad y giramos a la derecha para dejar atrás el pueblo. Poco después entramos en el hormigón y, entonces sí, entonces la pendiente decrece y se despeja la carretera. Mala señal... Tratamos de adivinar por donde discurrirá la subida (si es nuestra primera vez). En las alturas vemos varias pistas, de tierra o de hormigón. Será el momento de rezar, pues el camino se va despejando poco a poco y aparece el colosal tramo (de hasta un 22,5%) con el que remataremos la ascensión al área recreativa , punto final de la medición. La pista de hormigón continúa, en peor estado y con pendientes aún mayores, hacia el Pozu Funeres y Los Melendreros. Será para otra ocasión. Llegar hasta el área recreativa ya es un premio mayúsculo: haber superado una de las ascensiones más duras de la comarca y contemplar casi toda la zona central de Asturias (incluso el mar, en uno de esos días claros que, en ocasiones, los dioses nos regalan).

El perfil de la ascensión es éste:

Unas imágenes de la ascensión:

Mapa de la subida en Google Maps: